La Unción

Escrito por Flor Rivera

Se habla mucho en estos días de la palabra unción, pero muy pocos conocen realmente el significado de esta palabra.
Se llama unción (del latín ungere, ‘untar’) al proceso de embadurnar con aceite perfumado. Este seria el significado literal de esta palabra.
El aceite servía para varios ritos de Israel como la consagración de los sacerdotes (Éxodo 29:1-7) en ofrendas, sacrificios (Levítico 2:1)
Pero hay un significado espiritual mas profundo, que es el que realmente nos interesa como creyentes. La Unción es algo que se trasfiere.
Ante todo quiero que sepáis que todo creyente que ha recibido a cristo, y le sigue tiene la unción del Santo Jesús.
En Hechos 10:8 dice que “como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazareth y como este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él
1Jn 2:27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.
La Unción que enseña, es el mismo Santo Espíritu derramado en el corazón del creyente, sin el cual no seriamos salvos. Esta unción nos guía a toda verdad, nos enseña acerca de Jesús, y nos hace real su presencia. Hoy día el Espíritu Santo santifica a los creyentes en el día de hoy. I Juan 2:20 “Pero vosotros tenéis la unción del santo, y conocéis todas las cosas” Necesitamos la unción de ese aceite especial. Se ha dado a usted el Espíritu Santo, por el Padre y el Hijo.
Esta ungida renovación es un don santo y apabullante de Dios. Para que el Espíritu Santo permanezca con nosotros, debemos darle un gran valor a su presencia manifiesta. Debemos proteger la bendición del Padre, viviendo vidas santas y manteniendo nuestros ojos en Jesús.


Valora La Unción 
¿Recuerdas que Eliseo no quería irse hasta haber recibido el manto de la unción de Elías? Eliseo siguió constantemente a Elías; fue persistente y no se fue de la presencia de Elías hasta que recibió una doble porción de su unción ( 2 Reyes 2).
Eliseo valoraba en gran manera la unción, mucho más que Sansón. Este recibió la unción en la mano; se le dio desde su nacimiento. No sabía lo que era no tener la unción. Finalmente, llegó a tomarla como algo que se da por descartado, sin valorarla como lo hizo Eliseo, quien tuvo que luchar, ser persistente e ir en pos de Dios para obtenerla. Por esto, Eliseo fue un mejor administrador de este precioso tesoro que Sansón.
Cuando llegó el momento de que Eliseo eligiera un ayudante, eligió a alguien muy diligente, fiel y que trabajaba duro. El nombre de este joven era giezi.
Giezi había visto a Eliseo hacer muchos milagros, como levantar al hijo de la sunamita de los muertos y quitar el veneno de la comida. Giezi lo había visto darle a la viuda de un profeta una provisión milagrosa de aceite ( 2 Reyes 4 ). Giezi había muchas cosas sobrenaturales porque el Espíritu Santo estaba obrando en la vida de Eliseo.
Entonces llegó la prueba a la vida de Giezi. ¿ Le daría un gran valor a la unción de Dios?¿ O la trataría a la ligera?.
Cuántas veces hemos visto personas ungidas por Dios caer porque han sucumbido ante alguna de estas tentaciones? La caída es, muchas veces, profunda, a plena vista de todo el mundo, trayendo mucho reproche y dolor al cuerpo de Cristo.
Cuando el Espíritu Santo trae renovación, el pueblo se goza y es bendecido, y muchas veces da generosamente. Los líderes no debemos aprovecharnos de ellos. Debemos ser buenos administradores de las finanzas de Dios y fluir en amor, guiados por el Espíritu en esta área.
Verdaderas Riquezas
Cuando el Espíritu Santo imparte su unción al cuerpo de Cristo en el día de hoy, llegan las pruebas, para ver si vamos a valorar la unción o no. ¿lo trataremos como a las verdaderas riquezas, no como a alguien a quien podemos explotar? Jesús nos dice que las verdaderas riquezas son las cosas de Dios.
El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quien os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? ( Lucas 16: 10 – 12).
Jesús habla de las verdaderas riquezas: las cosas del Espíritu.
Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará  al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas (v. 13)


Unción ministerial 
La unción ministerial, nos capacita para realizar nuestro trabajo, ya sea enseñar, evangelizar, pastorear, o labores diarias de organización, de servicio, hay miles de actividades, pero todas ellas cuando se realizan bajo la unción del Señor llevan en si mismas un fruto que permanece. Se puede enseñar técnicamente, se puede hacer un estudio bíblico, o una danza, o tocar un instrumento, pero si no esta la unción de Dios, su presencia no se dejara sentir. Esto hace la diferencia entre un ministerio ungido y un ministerio natural o de la carne. Necesitamos la unción de Dios hasta para servir la mesa.
Por eso cada día preparémonos de tal manera que la unción que hemos recibido de Jesús a través de su espíritu santo crezca aun mas en nosotros y de frutos agradables para que Jesús se regocije y se deleite en cada uno de nosotros, se firme, permanece fiel, ora constantemente, remite todo a Dios y El se moverá en ti, para que seas utilizado como instrumento en las manos del Divino Alfarero para bendición de muchas personas que pasaran por tu vida. Pero hazlo de verdad con corazón sincero, humíllate ante EL, si no los hecho, tu vida desde hoy debe ser diferente, Costa Rica necesita hombres y mujeres con unción, para levantar muertos, sanar enfermos, orar y que se desate la presencia de Dios a través del derramamiento de su unción en cada lugar que tu estés y pases, no demores Jesús te ama. 

Oración:
Amado Padre Celestial, estamos aquí cada uno de nosotros desnudándonos ante ti una vez mas, haz que cada uno de nosotros valore lo que es tu unción, esa unción que depositaste  en Moisés, en Josué, Elías, Eliseo, Isaías, y así hasta llegar a San Juan Bautista y la Virgen Maria, saca de nosotros todo aquello que nos conviene, límpianos y séllanos con la llama del fuego de tu amor, ya no quiero ser una persona que esta estancada, que no prospera en el espíritu, que atrasa tu obra, que ando hablando lo que no tengo que decir, sáname Jesús para recibir no solo, la doble porción que recibió Eliseo sino aun mas, ya poder llevar a cabo el trabajo que me tienes encomendado .
Quiero valer no 10, ni 20, ni 100, sino el 1000% que tu quieres, y se que lo tienes si me dispongo, Unción fresca, sanadora, liberadora para cada no de nosotros en este día amen.