Envíanos Señor el fuego de tu Espíritu

Que tranquilidad saber que en el cielo hay un Padre que nos ama y nos protege, que nos dio la vida y que nos quiere felices cumpliendo su voluntad.

Que alegría saber que a la tierra vino el Hijo, que con su inmensa misericordia llenó nuestros corazones de valiosas enseñanzas y de ejemplos para ganar la vida eterna.

Que dicha es saber que, por el gran amor de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo inunda nuestra vida con sus dones, con su sabiduría y con su amor.

Pidámos que el Espíritu Santo llegue a nuestros corazones como un fuego abrasador, con una intensidad a la que no podamos negarnos, que llene nuestra vida y la de nuestros seres queridos, de paz, alegría y eterno amor a Dios.

En esta celebración del Pentecostés el Santo Espíritu de Dios descienda a nuestras vidas y las llene de esperanza y salvación.