EVANGELIO DE HOY Miércoles 26 de Junio de 2013

Santoral

· Primera Lectura: Génesis 15,1-12.17-18
"Abrán creyó a Dios, y esto le valió la justificación, y el Señor hizo alianza con él"
En aquellos días, Abrán recibió en una visión la palabra del Señor: "No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante." Abrán contestó: "Señor, ¿de qué me sirven tus dones, si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?" Y añadió: "No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará." La palabra del Señor le respondió: "No te heredará ése, sino uno salido de tus entrañas." Y el Señor lo sacó afuera y le dijo: "Mira el cielo; cuenta las estrellas, si puedes." Y añadió: "Así será tu descendencia." Abrán creyó al Señor, y se le contó en su haber. E l Señor le dijo: "Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra." Él replicó: "Señor Dios, ¿cómo sabré que yo voy a poseerla?" Respondió el Señor: "Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón." Abrán los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrán los espantaba. Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él. El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados. Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos: "A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río Éufrates."

· Salmo Responsorial: 104
"El Señor se acuerda de su alianza eternamente."
Dad gracias al Señor, invocad su nombre, / dad a conocer sus hazañas a los pueblos. / Cantadle al son de instrumentos, / hablad de sus maravillas. R.
Gloriaos de su nombre santo, / que se alegren los que buscan al Señor. / Recurrid al Señor y a su poder, / buscad continuamente su rostro. R.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; / hijos de Jacob, su elegido! / El Señor es nuestro Dios, / él gobierna toda la tierra. R.
Se acuerda de su alianza eternamente, / de la palabra dada, por mil generaciones; / de la alianza sellada con Abrahán, / del juramento hecho a Isaac. R.

· Evangelio: Mateo 7,15-20
"Por sus frutos los conoceréis"
Lectura del santo evangelio según san Mateo: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis."

Reflexión
Hay hermanos a los que les gusta "aparentar" y hacerse pasar como personas muy piadosas mediante actos puramente externos, siendo que estos actos externos deben ser un claro reflejo de lo que se vive interiormente. 

El cristianismo, por el hecho de ser un estilo de vida centrado en el Evangelio, no puede ser disimulado. Los frutos, es decir, lo que emerge naturalmente de la persona en situaciones cotidianas, manifiestan en realidad lo que se es. Si somos cristianos, esto se debe notar en nuestra manera de vestir, de hablar, de reaccionar y, sobre todo, de amar y servir. 

Nuestro trato diario con las personas con las que convivimos, debe estar impregnado del "buen aroma de Cristo"; nuestra solicitud para ayudar a los necesitados, debe ser movida, no por intereses personales, sino por compasión, como quien ve en el hermano necesitado, al mismo Jesús que dijo: "Cuando lo hiciste por uno de mis hermanos lo hiciste por mí"; nuestra apariencia diaria debe manifestar que somos templo del Espíritu. 

Si verdaderamente eres discípulo de Jesús, deja que él se transparente en tu vida siendo congruente entre lo que crees y lo que vives.

El día de hoy dedicaré unos minutos a elevar a Dios una oración en la que le manifiesto mi confianza en su palabra y en su fidelidad eterna. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro.