EVANGELIO DE HOY Viernes 25 de Octubre de 2013

Santoral

· Primera Lectura: Romanos 7,18-25a
"¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte?"
Hermanos: Sé muy bien que no es bueno eso que habita en mí, es decir, en mi carne; porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo, no. El bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mí. Cuando quiero hacer lo bueno, me encuentro inevitablemente con lo malo en las manos. En mi interior me complazco en la ley de Dios, pero percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo. En resumen: yo, de por mí, por un lado, con mi razón, estoy sujeto a la ley de Dios; por otro, con mi carne, a la ley del pecado. ¡Desgraciado de m&iac ute;! ¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias.

· Salmo Responsorial: 118
"Instrúyeme, Señor, en tus leyes."
Enséñame a gustar y a comprender, / porque me fío de tus mandatos. R.
Tú eres bueno y haces el bien; / instrúyeme en tus leyes. R.
Que tu bondad me consuele, / según la promesa hecha a tu siervo. R.
Cuando me alcance tu compasión, viviré, / y mis delicias serán tu voluntad. R.
Jamás olvidaré tus decretos, / pues con ellos me diste vida. R.
Soy tuyo, sálvame, / que yo consulto tus leyes. R.

· Evangelio: Lucas 12,54-59
"Si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente?"
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: "Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo." < /span>

Reflexión
Es increíble hasta dónde puede llegar la ceguera del hombre.

Para la gente que vivió en el tiempo de Jesús no eran suficientes todos los signos, los milagros, las curaciones que realizó. ¿Y qué decir de nosotros? Somos muy inteligentes para conocer hasta los más recónditos misterios de la ciencia, pero muchas veces nos pasa desapercibido el Dios del amor, que día a día, nos da muestras de su presencia entre nosotros y nos invita a vivir en él. Se habla hoy mucho de visiones, de catástrofes, de violencia, guerras. Es cierto, estos son "signos de los tiempos" y por lo tanto, palabra de Dios. Es una palabra que nos hace ver que el pecado sólo lleva a la destrucción, que la fe verdadera es creer como creyó Abraham, como creyó María: en la oscuridad.

Debemos, pues, estar atentos: Dios nos habla, su palabra es, ha sido y será siempre: Yo te amo.

Hoy renunciaré a una o varias tentaciones y en su lugar haré un rato de oración o leeré y meditaré algún pasaje de la Biblia (sugerencia de lectura: Mateo 26, 36-41).

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro.