EVANGELIO DE HOY Lunes 04 de Noviembre de 2013

Santoral

·Primera Lectura: Romanos 11,29-36
"Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos"
Hermanos: Los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Vosotros, en otro tiempo, erais rebeldes a Dios; pero ahora, al rebelarse ellos, habéis obtenido misericordia. Así también ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión de la misericordia obtenida por vosotros, alcanzarán misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos. ¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los sig los. Amén.

·Salmo Responsorial: 68
"Que me escuche, Señor, tu gran bondad."
Yo soy un pobre malherido; / Dios mío, tu salvación me levante. / Alabaré el nombre de Dios con cantos, / proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.
Miradlo, los humildes, y alegraos, / buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón. / Que el Señor escucha a sus pobres, / no desprecia a sus cautivos. R.
El Señor salvará a Sión, / reconstruirá las ciudades de Judá, / y las habitarán en posesión. / La estirpe de sus siervos la heredará, / los que aman su nombre vivirán en ella. R.

·Evangelio: Lucas 14,12-14
"No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados"
No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados Lectura del santo evangelio según san Lucas: En aquel tiempo, dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo había invitado: "Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos."

Reflexión
Con este pasaje de la Escritura, Jesús nos invita a poner nuestros ojos en tantos hermanos nuestros que necesitan de nuestra comprensión y de nuestra amistad, de ser reconocidos como personas y no como objetos.

Nuestro mundo nos empuja a la superficialidad. Todos los días en los cruceros de las calles nos encontramos con niños, jóvenes e incluso adultos que buscan, más que nuestro dinero, (que a veces puede ser mal usado), nuestra amistad y comprensión. 

Hombres y mujeres que para la generalidad de los ciudadanos, no son otra cosa que "una molestia". Para el cristiano, ellos son los sujetos de nuestro amor, de nuestra compasión. No basta sacar una moneda para con ello tranquilizar nuestras conciencias, es necesario, como nos lo dice hoy el Evangelio, hacer algo más.

Pensemos, según nuestros dones y carismas, ¿qué podríamos hacer en concreto con nuestros hermanos necesitados?

Me abandonaré a la misericordia de Dios diciendo en los momentos difíciles: «Padre, me pongo en tus manos».. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro.