EVANGELIO DE HOY Lunes 25 de Noviembre de 2013

Santoral

· Primera Lectura: Daniel 1,1-6.8-20
"No se encontró a ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías"
El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, llegó a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la asedió. El Señor entregó en su poder a Joaquín de Judá y todo el ajuar que quedaba en el templo; se los llevó a Senaar, y el ajuar del templo lo metió en el tesoro del templo de su dios. El rey ordenó a Aspenaz, jefe de eunucos, seleccionar algunos israelitas de sangre real y de la nobleza, jóvenes, perfectamente sanos, de buen tipo, bien formados en la sabiduría, cultos e inteligentes, y aptos para servir en palacio, y ordenó que les enseñasen la lengua y literatura caldeas. Cada día el rey les pasaría una ración de comida y de vino de la mesa real. Su educación duraría tres años, al c abo de los cuales, pasarían a servir al rey. Entre ellos, había unos judíos: Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Daniel hizo propósito de no contaminarse con los manjares y el vino de la mesa real, y pidió al jefe de eunucos que lo dispensase de aquella contaminación. El jefe de eunucos, movido por Dios, se compadeció de Daniel y le dijo: "Tengo miedo al rey, mi señor, que os ha asignado la ración de comida y bebida; si os ve más flacos que vuestros compañeros, me juego la cabeza." Daniel dijo al guardia que el jefe de los eunucos había designado para cuidarlo a él, a Ananías, a Misael y a Azarías: "Haz una prueba con nosotros durante diez días: que nos den legumbres para comer y agua para beber. 

Compara después nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen de la mesa real y trátanos luego según el resultado ." Aceptó la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Al acabar, tenían mejor aspecto y estaban más gordos que los jóvenes que comían de la mesa real. Así que les retiró la ración de comida y de vino y les dio legumbres. Dios les concedió a los cuatro un conocimiento profundo de todos los libros del saber. Daniel sabía además interpretar visiones y sueños. Al cumplirse el plazo señalado por el rey, el jefe de eunucos se los presentó a Nabucodonosor. Después de conversar con ellos, el rey no encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, y los tomó a su servicio. Y en todas las cuestiones y problemas que el rey les proponía, lo hacían diez veces mejor que todos los magos y adivinos de todo el reino.

· Interleccional:
A ti gloria y alabanza por los siglos. 
Daniel 3,52-56
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, / bendito tu nombre santo y glorioso. R.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R.
Bendito eres sobre el trono de tu reino. R.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines / sondeas los abismos. R.
Bendito eres en la bóveda del cielo. R.

· Evangelio: Lucas 21,1-4
"Vio una viuda pobre que echaba dos reales"
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: "Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir."

Reflexión
En nuestro país hay una canción que dice: ‘El tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a mí’. 

Esta canción ejemplifica lo que significa: "No te amo". El dar sólo lo que sobra, es una verdadera muestra de "no-amor" hacia cualquiera. Creo que la persona que ama no sólo da de lo que tiene sino que busca dar lo mejor. 

Pensemos y apliquemos este pensamiento a las personas que tenemos cerca: a nuestros padres, al cónyuge, a la pareja, a los hijos y, especialmente, al mismo Dios. ¿Les damos lo mejor de nosotros o sólo "lo que nos sobra"?

Si quieres saber a quién verdaderamente amas, sólo piensa para quién siempre tienes tiempo, a quién le das lo mejor de ti, ahí habrás encontrado la respuesta. Es triste que muchos de nosotros, para Dios, sólo tengamos las sobras.

Hoy buscaré todas las situaciones que me invitan a la mediocridad y ayudado por la gracia de mi buen Dios, las realizaré con gran empeño y excelencia. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro.