Lecturas - Martes 17 de febrero de 2015


Tiempo litúrgico: Ordinario
Color: Verde

Santoral


Primera Lectura: Génesis 6,5-8;7,1-5.10
"Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado"

Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra, y que todo su modo de pensar era siempre perverso, se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y le pesó de corazón. Y dijo: "Borraré de la superficie de la tierra al hombre que he creado; al hombre con los cuadrúpedos, reptiles y aves, pues me pesa de haberlos hecho." 

Pero Noé alcanzó el favor del Señor. El Señor dijo a Noé: "Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en tu generación. De cada animal puro toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; y lo mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la especie en la tierra. 

Dentro de siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días con sus noches, y borraré de la superficie de la tierra a todos los vivientes que he creado." Noé hizo todo lo que le mandó el Señor. Pasados siete días vino el diluvio a la tierra.

Salmo Responsorial: 28
"El Señor bendice a su pueblo con la paz."
  • Hijos de Dios, aclamad al Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
  • La voz del Señor sobre las aguas, el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente, la voz del Señor es magnífica.
  • El Dios de la gloria ha tronado. En su templo un grito unánime: "¡Gloria!" El Señor se sienta por encima del aguacero, el Señor se sienta como rey eterno.

Evangelio: Marcos 8,14-21
"Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes"

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían más que un pan en la barca. Jesús les recomendó: "Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes." Ellos comentaban: "Lo dice porque no tenemos pan." 

Dándose cuenta, les dijo Jesús: "¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?" Ellos contestaron: "Doce." "¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?" Le respondieron: "Siete." Él les dijo: "¿Y no acabáis de entender?."

Reflexión

Al parecer muchas veces nosotros tampoco hemos entendido que lo importante no está en la superficie. Jesús piensa en las dificultades que sus discípulos podían tener en el trato con aquellos que no entienden el mensaje del Evangelio y, por el contrario, van buscando obstaculizarlo, mientras los discípulos están preocupados por un poco de pan. 

Es necesario que aprendamos a ver y apreciar lo que en realidad es importante. Esto es aplicable a todas nuestras situaciones de la vida y es, de hecho, la causa de muchos de nuestros problemas, el no saber distinguir en nuestra vida profesional, familiar, social, política o religiosa lo que es verdaderamente importante. La causa de este desorden es la falta de luz en nuestro corazón, que nos hace ver las cosas de una manera muchas veces equivocada y darle peso a lo que no lo tiene y viceversa. 

Nuestra oración cotidiana es la fuente para que la luz de Dios ilumine siempre nuestro corazón y sepamos valorar rectamente todos los aspectos de nuestra vida. En ello está gran parte de nuestra felicidad y de la de los demás. No dejes tu oración, y el Espíritu conducirá tu vida y te hará reconocer lo que es verdaderamente importante y esencial en tu vida y lo que es superfluo e intrascendente. 

Acción

Señor, estoy convencido de que tú siempre eres justo y que el deseo de tu corazón es nuestro bien. Por eso, Dios mío, me ofrezco para hacer tu voluntad y obedecerte en todo, incluso en aquellas cosas que mi mente no alcance a entender; sólo te pido que me nutras con tu gracia para sobreponerme a la tendencia de ser rebelde.

Hoy veré qué me está pidiendo el Señor desde hace un buen tiempo, le diré que sí a su voluntad y me dispondré a actuar de inmediato. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015, Conferencia Episcopal de Costa Rica