Lecturas - Jueves 26 de marzo de 2015

Tiempo litúrgico: Cuaresma
Color: Morado

Santoral


Primera Lectura: Génesis 17,3-9
"Serás padre de muchedumbre de pueblos"

En aquellos días, Abran cayó de bruces, y Dios le dijo: "Mira, éste es mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abran, sino que te llamarás Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré crecer sin medida, sacando pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. Mantendré mi pacto contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como pacto perpetuo. 

Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios." Dios añadió a Abrahán: "Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones."

Salmo Responsorial: 104
"El Señor se acuerda de su alianza eternamente."
  • Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. Recordad las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca.
  • ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra.
  • Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac.

Evangelio: Juan 8,51-59
"Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día"

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre." Los judíos le dijeron: "Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?" 

Jesús contestó: "Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco"; sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. 

Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría." Los judíos le dijeron: "No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?" Jesús les dijo: "Os aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo." Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo."

Reflexión

Uno de los grandes problemas de nuestro mundo moderno es la falta de fidelidad. Con una facilidad asombrosa nos cambiamos de marca, de automóvil, de trabajo. 

Esto se extiende a la vida matrimonial en donde muchas parejas cristianas, desde el momento de su matrimonio ya consideran la posibilidad del divorcio olvidándose de las promesas ante al altar. Igualmente, muchos hermanos, con facilidad se dejan conducir por doctrinas extrañas olvidándose de las promesas bautismales y del credo que durante años han profesado en la Eucaristía. 

Y es que ser fiel no es fácil, implica en ocasiones arriesgarlo todo. Ser fiel a la palabra de Dios, sobre todo en cuestiones sociales, en nuestro testimonio diario, o en la vida matrimonial puede implicarlo todo, incluso la misma vida, como en el caso de Jesús.

Si algo se valora de un servidor es que sea "fiel", que sea capaz de sostener la palabra dada aun a costa de la propia vida. Para ellos, para los que han sido fieles, Jesús promete la vida que no acaba jamás. Preparémonos para reafirmar nuestras promesas bautismales en la Vigilia de Pascua. 

Acción

Te estoy profundamente agradecido, Señor, por dejarme experimentar tu amor, por dejarme experimentar el cumplimiento de tus promesas, porque tú no dejas que ninguna palabra tuya caiga, tú cumples, Señor, siempre cumples y yo experimento día a día tu amor y tu bondad para conmigo. Amén.

Este día, a todos los que me encuentre, les expresaré lo dichoso que soy y la felicidad que hay en mi vida; con un gesto, una sonrisa, un abrazo, un detalle, pero que manifieste que soy feliz. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015, Conferencia Episcopal de Costa Rica