Lecturas de la Misa y reflexión sobre el Evangelio - Lunes 20 de abril de 2015


Tiempo Litúrgico: Pascua
Color: Blanco

Santoral


Primera Lectura: Hechos 6,8-15
"No lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba"

En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba. Indujeron a unos que asegurasen: "Le hemos oído palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios."

Alborotaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas, agarraron a Esteban por sorpresa y lo condujeron al Sanedrín, presentando testigos falsos que decían: "Este individuo no para de hablar contra el templo y la Ley. Le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá el templo y cambiará las tradiciones que recibimos de Moisés". Todos los miembros del Sanedrín miraron a Esteban, y su rostro les pareció el de un ángel.

Salmo Responsorial: 118
"Dichoso el que camina en la voluntad del Señor."
  • Aunque los nobles se sienten a murmurar de mí, tu siervo medita tus leyes; tus preceptos son mi delicia, tus decretos son mis consejeros.
  • Te expliqué mi camino, y me escuchaste: enséñame tus leyes; instrúyeme en el camino de tus decretos, y meditaré tus maravillas.
  • Apártame del camino falso, y dame la gracia de tu voluntad; escogí el camino verdadero, deseé tus mandamientos.

Evangelio: Juan 6,22-29
Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento para la vida eterna

Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del lago notó que allí no había habido más que una lancha y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos. 

Entretanto, unas lanchas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan sobre el que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?" 

Jesús les contestó: "Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios." Ellos le preguntaron: "Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?" Respondió Jesús: "La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado."

Reflexión

Es importante el trabajo en nuestra vida, Jesús mismo trabajó de la misma manera que nosotros lo hacemos; después, como trabajo, realizó el anuncio de la Palabra de Dios. El mismo San Pablo les dice a los tesalonicenses: "El que no quiera trabajar que tampoco coma". Sin embargo, ya había dicho Jesús que no sólo de pan vive el hombre. 

Es, pues, importante, junto con nuestro trabajo cotidiano, con el cual sostenemos el cuerpo, el trabajar también por el alimento espiritual el cual nos es dado por el mismo Cristo. La lectura diaria del "pan de la Palabra", nuestra lectura espiritual, nuestro rato de oración son los elementos que, como veremos en estos días, unidos a la Eucaristía, hacen que nuestra vida espiritual crezca y se fortalezca.

Muchos cristianos hoy en día viven con una grande anemia espiritual que los puede llevar incluso a la muerte espiritual. Si en todos los comerciales de golosinas han incluido la frase: "Aliméntate bien, come frutas y verduras", nosotros podríamos decir: ¡Aliméntate bien, ora, medita y comulga!

Acción

Señor, te pido tu cortesía y dulzura para tratar con los que profesan algo diferente de lo que yo creo; los que difieren en aspectos de fe, de moral y sobre todo, los que difieren con respecto a tu divinidad, Jesús; enséñame a ser cortés y afable y que en esa manera de tratarlos, ellos puedan descubrirte a ti.

Hoy haré oración por mis seres más cercanos que profesan una fe distinta de la mía. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015, Conferencia Episcopal de Costa Rica