Lecturas de la Misa del día y reflexiones - Lunes 17 de agosto de 2015


Tiempo Litúrgico: Ordinario
Color: Verde

Santoral:


Primera Lectura: Jueces 2, 11-19
"El Señor hacía surgir jueces, pero ni a los jueces hacían caso"

En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba, dieron culto a los ídolos; abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y se fueron tras otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron, irritando al Señor. Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y Astarté. El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores que los saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían resistirles. 

En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como él les había dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada. Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor. 

No hacían como ellos. Cuando el Señor hacía surgir jueces, el Señor estaba con el juez; y, mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores. Pero, en cuanto moría el juez, recaían y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada.

Salmo Responsorial: 105, 34-35, 36-37, 39-40, 43ab y 44
"Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo"
  • No exterminaron a los pueblos que el Señor les había mandado; emparentaron con los gentiles, imitaron sus costumbres.
  • Adoraron sus ídolos y cayeron en sus lazos; inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas.
  • Se mancharon con sus acciones y se prostituyeron con sus maldades. La ira del Señor se encendió contra su pueblo, y aborreció su heredad.
  • Cuántas veces los libró; mas ellos, obstinados en su actitud, perecían por sus culpas; pero él miró su angustia, y escuchó sus gritos.

Evangelio: Mateo 19, 16-22
"Si quieres llegar ..., vende lo que tienes, así tendrás un tesoro en el cielo"

En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: "Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?" 

Jesús le contestó: "¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos." Él le preguntó: "¿Cuáles?" Jesús le contestó: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo." 

El muchacho le dijo: "Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?" Jesús le contestó: "Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo." Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico."

Reflexión sobre la Primera Lectura

Un santo sacerdote decía en una ocasión, refiriéndose a nuestra naturaleza caída: "Pobrecito ser humano". Con ello iluminaba la miseria de nuestra condición, que como dice san Pablo, "está vendida al pecado".

En este pasaje vemos al pueblo de Dios, al pueblo que ha visto los prodigios y las maravillas de Dios, cometer toda clase de maldades. La causa: han abandonado al verdadero Dios y se han postrado ante dioses falsos, dioses que ofrecen paraísos "artificiales", dioses a los que se les puede servir con comodidad y sin compromiso, dioses que se acomodan a nuestros deseos, dioses que no exigen renuncia y que permiten la avaricia, el lucro, la venganza; dioses que conducen la vida hacia el abismo.

Esto ocurrió con Israel, y continúa sucediendo con todos aquellos que, en lugar de seguir al único y verdadero Dios, al Dios del amor, de la salvación y del perdón, van en busca de los dioses falsos, de ídolos inertes que solo terminan por destruir la vida. Nosotros, cristianos, no somos inmunes a la seducción de los "dioses modernos"; y de hecho, si nuestra sociedad, que decimos "cristiana", padece de esta perversión es porque muchos de los cristianos han volteado sus ojos, si no totalmente, sí con cierta aceptación, hacia los falsos dioses. 

Tengamos cuidado, los dioses falsos, los ídolos, ofrecen un falso bienestar que, tarde o temprano, se convertirá en sufrimiento y soledad. Centremos nuestros ojos en Jesús y busquemos con todo nuestro corazón vivir conforme a su evangelio.

Reflexión sobre el Evangelio

A la pregunta que le hace este joven a Jesús sobre qué cosa es necesaria para alcanzar la vida eterna (que puede ser traducida como: "entrar en el Reino", esto es: para ser feliz), él le responde: "cumple los mandamientos". 

No le pide otra cosa. Es decir, lo mínimo que necesitamos para que nuestra vida se desarrolle dentro del Reino, es ser fieles a nuestros compromisos bautismales. Hoy en día, como seguramente lo fue en tiempos de este joven, la gente no es feliz, pues, no vive de acuerdo a estos simples principios establecidos por Dios, y que tienen como objeto, advertirnos de todo aquello que es dañino para nuestra vida. 

La ley, podríamos compararla al aviso que le da la mamá al niño para que no se coma el pastel caliente, que aunque se presenta muy sabroso, ella sabe bien que le hará mal, lo enfermará del estómago. Dios nos ha instruido sobre todo aquello que nos destruye y nos roba la felicidad, por eso Jesús le dice: "Cumple la ley". 

Si queremos que nuestra vida tenga las características del Reino, que se desarrolle en la alegría y la paz de Dios, que pueda ser plenamente feliz, debemos empezar por cumplir los mandamientos. ¿Por qué no haces hoy una pequeña revisión de cómo estás viviendo esta enseñanza de Jesús? Pregúntate si en realidad estás buscando vivir los mandamientos.

Oración

Señor, perdona mi infidelidad, perdóname por todas las veces que he mirado hacia otros atractivos y les he dado una importancia que solo a ti te corresponde. Quiero decirte nuevamente que tú eres mi Dios, solo tú mi alegría y salvación, defiéndeme del malo y ponme muy cerca de ti.

Acción

Hoy reflexionaré en cuáles son los ídolos actuales que me hacen apartar mi vista de Dios.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015 Conferencia Episcopal de Costa Rica