El Papa en la Exaltación: Miremos a Cristo ensangrentado por nuestros pecados en la Cruz


VATICANO, 14 Sep. 15 / 07:07 am (ACI).- Al celebrar la Misa en Santa Marta en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, el Papa Francisco pidió a los fieles mirar la realidad de la Cruz de Jesús que dista mucho de las "cruces artísticas, bien pintadas".

"Cuando miramos a Jesús en la Cruz hay cuadros bonitos pero la realidad es otra: estaba sobre todo, ensangrentado por nuestros pecados", recordó el Pontífice.

"Esta es la realidad que Él ha tomado para vencer a la serpiente en su campo. Mirar la Cruz de Jesús, no las cruces artísticas, bien pintadas: mirar la realidad, que era la cruz en ese tiempo. Y mirar su recorrido y a Dios, que se despojó a sí mismo, se abajó para salvarnos", explicó el Papa.

El Santo Padre recordó que el camino del cristiano exige la cruz. "Si un cristiano quiere ir adelante en el camino de la vida cristiana debe abajarse, como se abajó Jesús. Es el camino de la humildad, sí, pero también de llevar sobre sí las humillaciones como las ha llevado Jesús".

El Papa alentó a los católicos a pedir a la Virgen la gracia de “llorar de amor, llorar de gratitud porque nuestro Dios nos ha amado tanto que ha enviado a su Hijo para abajarse y despojarse para salvarnos”.

Cuidado con el diablo

Al reflexionar sobre las lecturas del día, el Papa recordó que desde el Génesis el demonio muestra "la capacidad del encanto” y por la Biblia sabemos que "es un mentiroso, un envidioso, porque por la envidia del diablo, de la serpiente, ha entrado el pecado en el mundo".

El demonio, advirtió, "te promete muchas cosas pero a la hora de pagar, paga mal, es un mal pagador. Pero tiene esta capacidad de seducir, de encantar".

Sin embargo, el Papa recordó que Cristo ha venido para tomar sobre sí nuestros pecados y sin cometer pecado alguno se convirtió en el más grande pecador. "Dios se ha hecho hombre y se ha adosado el pecado" y "aún teniendo la condición de Dios, Jesús no considera un privilegio ser como Dios sino que se despojó de sí mismo, asumiendo una condición de siervo, convirtiéndose en igual que los hombres; se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y la muerte de Cruz".

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