Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones - Lunes 7 de setiembre de 2015


Tiempo Litúrgico: Ordinario
Color: Verde

Santoral:



Primera Lectura: Colosenses 1, 24-2, 3
"Dios me ha nombrado ministro de la Iglesia"

Hermanos: Me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: el misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos. A éstos Dios ha querido dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria. 

Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo: ésta es mi tarea, en la que lucho denodadamente con la fuerza poderosa que él me da. Quiero que tengáis noticia del empeñado combate que sostengo por vosotros y los de Laodicea, y por todos los que no me conocen personalmente. 

Busco que tengan ánimos y estén compactos en el amor mutuo, para conseguir la plena convicción que da el comprender, y que capten el misterio de Dios. Este misterio es Cristo, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y del conocer.

Salmo Responsorial: 61, 6-7, 9
"De Dios viene mi salvación y mi gloria."
  • Descansa sólo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza; sólo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.
  • Pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón, que Dios es nuestro refugio.

Evangelio: Lucas 6, 6-11
"Estaban al acecho para ver si curaba en sábado"

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: "Levántate y ponte ahí en medio." Él se levantó y se quedó en pie. 

Jesús les dijo: "Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado: hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?" Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: "Extiende el brazo." Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús."

Reflexión sobre la Primera Lectura

Este hermoso pasaje de san Pablo sirve no solo para animar a aquellos que están pasando por una situación difícil en su vida (dolor, enfermedad, dificultad económica, o moral), sino para invitarnos a unir nuestro sufrimiento al sufrimiento de Cristo. 

San Pablo mismo, sujeto a toda la debilidad humana, experimenta en su propia vida y en su propio cuerpo las consecuencias de nuestra fragilidad, pero no deja que todo este dolor, todo este sufrimiento se desperdicie inútilmente, sino que lo ofrece en unión al de Cristo para que, como el de Cristo, sea un elemento de salvación para todo el pueblo. 

Y con esto no quiere decir que haya faltado algo a la pasión del Señor, la cual fue total, suficiente y definitiva para toda la humanidad. Con esta invitación pretende que en todo seamos uno con Cristo, es la invitación a participar no solo de la misión evangelizadora de Jesús sino, incluso, de su misma misión salvífica realizada en la cruz.

Únete tú también a esta obra, ofrece en comunión con Cristo, todos tus grandes o pequeños sufrimientos diarios (sed, dolor, cansancio, incomodidad) y sé con él, un instrumento para la salvación de tu familia y de todo el mundo.

Reflexión sobre el Evangelio

En nuestro mundo moderno, en donde las "agendas" van guiando el rumbo y el orden de nuestro día, se puede caer también en la tentación de PROGRAMAR la caridad. 

Jesús en este pasaje es criticado por sanar a un hombre en el día de reposo. ¿Cuántas veces nosotros, en nuestras mismas familias, en nuestro trato con los hijos, con el esposo o la esposa, o con los padres, ponemos también esta excusa para no servir, para no hacer la caridad? Es triste que esto suceda y que muchas veces la caridad tome el lugar de "cuando haya tiempo", que el servicio a nuestros hermanos tenga que tomar también su turno, máxime cuando se refiere a una situación de apremio como puede ser la salud. 

Es triste que la esposa o los hijos tengan que "tener cita" para ser atendidos y escuchados. No dejes que tu agenda gobierne tu vida, sé tú, como Jesús, dueño de tu tiempo, especialmente en tu relación con tus seres queridos.

Oración

Señor, gracias por el gran amor que me tuviste al entregarte a una pasión y muerte tan vergonzosa y dolorosa, solo porque me amas y quisiste la salvación para el mundo entero.

Hoy me ofrezco a ti y cada cosa que me implique dolor y sufrimiento, te pido que la tomes como una unión mía a tus padecimientos, como reparación de tanto dolor que tú sufriste.

Gracias por aquellas cosas con las que batallo y lucho cada día, sé que a través de ellas también me santificas; las acepto con agrado y también como una muestra del gran amor que me tienes.

Acción

Hoy ofreceré cada dolor o sufrimiento que tenga, por la conversión de tantas personas extraviadas; si por el momento no padezco en nada, ofreceré un sacrificio y éste lo ofreceré por la misma causa.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015 Conferencia Episcopal de Costa Rica