Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Jueves 29 de setiembre de 2016.


Tiempo Litúrgico: Ordinario
   Color del día: Blanco   

Santos del día:
Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael


Primera Lectura: Libro del Apocalipsis del apóstol san Juan (12, 7-12)
Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón.

Se trabó una batalla en el cielo; Miguel y sus ángeles declararon la guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, pero no vencieron, y no quedó lugar para ellos en el cielo. Y al gran dragón, a la serpiente primordial que se llama diablo y Satanás, y extravía la tierra entera, lo precipitaron a la tierra, y a sus ángeles con él. 

Se oyó una gran voz en el cielo: Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte. Pero esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas

Reflexión sobre la Primera Lectura

Este pasaje de la Escritura deja claro que el demonio existe y que tiene poder, sin embargo, su poder ha "sido reducido a la impotencia" mediante la victoria de Cristo. Por ello decía san Pablo: "Todo lo puedo en aquel que me conforta". Una de las cosas fundamentales que el hombre debe aprender y ser consciente es de su debilidad. 

Solamente cuando aceptamos nuestra condición de flaqueza, seremos entonces capaces de pedir a Dios su ayuda y de dejar que sea precisamente su poder el que nos dé la victoria. Muchos hermanos se pasan la vida luchando afanosamente por superar una tentación sin lograr muchos resultados. Y es que la fuerza no está en el hombre sino en Cristo. Es necesario que él venza. 

Para ello es de suma importancia darle más espacio en nuestra vida, dejar que él lo llene todo, que él lo conduzca todo, que su Evangelio llegue realmente a ser la norma de nuestra vida. La oración que se alarga y se hace profunda intimidad va abriendo espacio para que Dios, por medio del Espíritu Santo, venza en nuestra batalla y nos lleve a la victoria final. Ábrele espacio en tu agitado día para que tu oración se alargue y pueda profundizar en Dios.

Salmo responsorial (137, 1-2a. 2bc-3. 4-5)
R/ Te cantaremos, Señor, delante de tus ángeles. 
  • De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R. 
  • Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R. 
  • Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 47-51)
Verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. 

Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el  cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.

Reflexión sobre el Evangelio

Los testimonios acerca de los ángeles en la Sagrada Escritura no dejan duda de la existencia de estos seres espirituales creados por Dios para su servicio, pero también para el servicio de nosotros, los hombres. 

Por ello, la Iglesia invoca a san Miguel Arcángel como fiel defensor de los proyectos de Dios y para someter el ataque de Satanás sobre los cristianos. Invoca a san Rafael Arcángel en las enfermedades y para proteger las ciudades contra las grandes catástrofes. 

Finalmente, invoca a san Gabriel Arcángel como el mensajero de confianza de Dios por quien nos da a conocer sus proyectos salvíficos, y por medio del cual nuestra respuesta llega a su presencia. No tengamos temor de invocarlos y de solicitar su intercesión.

Oración

Señor, guárdame con tus ángeles para que mi pie no tropiece, sobre todo en la hora de la adversidad; que ellos cuiden que mi caminar sea siempre dirigido hacia ti y me protejan de los embates del maligno.

Acción

Hoy en día seré consciente de que en el cielo hay una realidad angélica que constantemente trabaja para que yo pueda permanecer en el camino de la luz. Y meditaré en todas las ocasiones en que estos ángeles de Dios me han ayudado a no tropezar.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa, Evangelio del Día, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net
Verificado en:
Ordo Temporis 2016, Conferencia Episcopal de Costa Rica