Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Viernes 16 de junio de 2017

Tiempo Litúrgico: Ordinario
   Color del día: Verde   

Santos del día:


Lectura de la 2° carta de san Pablo a los corintios (4, 6-15)
Aquel que resucitó a Jesús nos resucitará
también a nosotros con Jesús y nos colocará
a su lado junto con ustedes

Hermanos: El mismo Dios que dijo: Brille la luz en medio de las tinieblas, es el que ha hecho brillar su luz en nuestros corazones, para dar a conocer el resplandor de la gloria de Dios, que se manifiesta en el rostro de Cristo. Pero llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. 

Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos.

Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús. Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida.

Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien
de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Una de las cosas que más sorprende al mundo, es el hecho de que Dios pueda inhabitarnos; el hecho de que, en este cuerpo de barro tan frágil, pueda estar contenida toda la fuerza y la gloria de Dios. 

Es por ello que podemos enfrentar cada día las dificultades de nuestra vida con un espíritu alegre y tenaz; que podemos mostrar al mundo un nuevo camino de amor y de paz que ellos no conocen. La fuerza de Dios, su gloria y su gracia, hace del cristiano una persona diferente, que va esparciendo por dónde camina, "el grato aroma de Cristo" esto es, la paz, el gozo, la justicia.

No permitas que la fragilidad de tu barro oscurezca esta fuerza de Dios, sino que por el contrario, siéntete orgulloso a pesar de tu debilidad; sé portador del amor de Dios en tu vida y responde con generosidad a ello.

Salmo responsorial (115, 10-11. 15-16. 17-18)
R/  Invocaré, Señor, tu nombre. 
  • Aun abrumado de desgracias, siempre confié en el Señor. Aun cuando en mi aflicción pensaba: “Los hombres son unos mentirosos”. R. 
  • A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. R. 
  • Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. R.

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 27-32)
Todo el que mire con malos deseos a una mujer,
ya cometió adulterio con ella en su corazón.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio; pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón.

Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo.

También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio”.

Reflexión sobre el Evangelio

En este pasaje Mateo une dos enseñanzas: una sobre el pecado y otro sobre el adulterio. El ejemplo que pone Jesús de arrancarse un ojo o una mano, desde luego que no debe ser tomado al pie de la letra, pues está ejemplificando la importancia y lo doloroso que, a veces puede resultar, el apartarse de las ocasiones de pecado. 

Compara el dolor y la pérdida sustancial de uno de nuestros miembros a la de dejar aquello que sabemos que nos lleva al pecado. Con esto en mente, podemos entender que es mejor dejar o alejarse de una amistad, de un lugar, de un trabajo con todo el dolor y la pérdida que esto significa, si esta amistad, lugar, trabajo están siendo la ocasión de pecado. 

Esta es quizás la enseñanza más fuerte y explícita de las consecuencias del pecado y de la lucha contra el mismo y lo doloroso que representa una conversión profunda y total a Jesús como Señor. Por lo tanto, si alguna cosa, persona o lugar te son ocasión de pecar ¡aléjalas de ti!, pues es mejor no tenerlas, que perder la vida en Cristo.

Oración

Señor, gracias por llenarme con el tesoro de tu presencia, siendo yo no más que una vasija de barro, definitivamente indigna de ti. Pero sé, Señor, que tú te deleitas en llamar a lo que no es nada para que sea en ti.

Por eso me confío a ti, y te pido que, en el sufrimiento de toda clase de pruebas, me enseñes a confiar y a no angustiarme; y aunque me abrumen las preocupaciones, no me desespere; que cuando me vea perseguido, no me sienta desamparado; que si acaso estoy derribado, tenga la certeza de que no estoy vencido.

Acción

Hoy ofreceré un sacrificio de algún tipo, en señal de que muero a mis deseos y que quiero que Jesús se manifieste en mí.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis Ciclo A - 2017, Conferencia Episcopal de Costa Rica