Evangelio del Día - Viernes 5 de setiembre de 2014


Tiempo litúrgico: Ordinario
Color del día: verde

Santoral:


Primera Lectura: 1 Corintios 4, 1-5
"El Señor es quien habrá de juzgarme"

Hermanos: Procuren que todos nos consideren como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, lo que se busca en un administrador es que sea fiel. Por eso, lo que menos me preocupa es que me juzguen ustedes o un tribunal humano; pues ni siquiera yo me juzgo a mí mismo. 

Es cierto que mi conciencia no me reprocha nada, pero no por eso he sido declarado inocente. El Señor es quien habrá de juzgarme. Por lo tanto, no juzguen antes de tiempo; esperen a que venga el Señor. Entonces él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas, pondrá al descubierto las intenciones del corazón y dará a cada uno la alabanza que merezca.

Salmo 37(36),3-4.5-6.27-28a.28b.39-40. 
"La salvación de los justos viene del Señor"
  • Confía en el Señor y practica el bien; habita en la tierra y vive tranquilo: que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón.
  • Encomienda tu suerte al Señor, confía en él, y él hará su obra; hará brillar tu justicia como el sol y tu derecho, como la luz del mediodía. 
  • Aléjate del mal, practica el bien, y siempre tendrás una morada, porque el Señor ama la justicia y nunca abandona a sus fieles. 
  • La salvación de los justos viene del Señor, él es su refugio en el momento del peligro; el Señor los ayuda y los libera, los salva porque confiaron en él. 

Evangelio: Lucas 5, 33-39
"El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos"

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: "¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?" Jesús les contestó: "¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán".

Les dijo también una parábola: "Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: 'El añejo es mejor' ".

Reflexión

Esta parábola, llena de significado, nos presenta, por un lado, el hecho de que el cristiano, una vez que ha decidido vivir de acuerdo al Evangelio, no puede ya tener los mismos patrones de vida, pues, en muchas ocasiones estos serán incompatibles con el mensaje de Jesús. Por ello, muchas veces hay que cambiar de ambientes, de lecturas, de conversaciones, incluso de amistades. 

Por otro lado, nos hace ver cómo el cristianismo, visto desde afuera, es decir, desde el lado del mundo, de la banalidad de la vida cómoda, puede parecer, no solo "extraño", sino incluso falto de vida y sabor. No faltan los comentarios, en los cuales, se critica a los cristianos como personas aburridas y sin gozo (la verdad quien da esta impresión no está viviendo realmente la vida cristiana). 

Sin embargo, la vida cristiana es el vino añejo, nadie piensa que pueda ser bueno, pero una vez que se prueba no se quiere dejar. Quien ha tenido la experiencia de dejarse llenar por Dios no querrá nunca más experimentar la vaciedad del mundo. Pídele a Jesús que llene tu vida con su amor, ¡no te arrepentirás!

Acción

Señor, todos mis bienes, trabajo, amistades, familia, capacidades y mi vida entera, te pertenecen a ti, te proclamo como el único dueño y Señor de lo que "poseo"; pero también quiero decirte, que mientras tenga bajo mi responsabilidad lo que tú me has dado a administrar, haré mi mejor y mayor esfuerzo por entregártelo puro, limpio y resplandeciente, sólo me acojo a tu gracia para que actúe en mí y pueda hacer incluso más de lo que humanamente podría.

Mientras transcurra el día de hoy, cada vez que entre en contacto con bienes, personas o momentos del día, repetiré en mi interior "todo es tuyo Señor", para recordar constantemente que sólo administro lo que el Señor sabe que puedo atender.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Evangelio del Día