Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Martes 20 de junio de 2017


Tiempo Litúrgico: Ordinario
   Color del día: Verde   

Santo del día:



Lectura de la 2° carta de san Pablo a los corintios (8, 1-9)
Cristo se hizo pobre por ustedes.

Hermanos: Queremos que conozcan la gracia que ha otorgado Dios a las comunidades cristianas de Macedonia. Pues, en medio de las pruebas y de los sufrimientos, ha sido inmensa su alegría, y su extrema pobreza ha producido tesoros de generosidad. Somos testigos de que han hecho lo que podían y más de lo que podían; espontáneamente nos pedían con mucha insistencia el favor de participar en la ayuda a los hermanos.

Y superando nuestras esperanzas, se pusieron ellos mismos a disposición del Señor y de nosotros, tal como Dios lo quería, de suerte que tuvimos que pedirle a Tito que concluyera entre ustedes esta obra de generosidad, puesto que él la había comenzado. 

Y ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad. No se lo estamos ordenando; sólo queremos comprobar, mediante su interés por los demás, qué tan sincero es su amor. Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza.

Reflexión sobre la Primera Lectura

De nuevo san Pablo nos recuerda que el amor no es una cosa etérea, sino concreta y que se manifiesta con acciones concretas. En esta ocasión se refiere a la ayuda económica en favor de los pobres y más necesitados de las comunidades cristianas. Decía un sacerdote: "Cuando el evangelio llega a tu bolsillo, puedes estar seguro que ya pasó por tu corazón". 

Y es que mientras el evangelio se queda en la cabeza y no desciende hasta el corazón todo se va quedando en bonitos pensamientos, en grandes discursos, pero en poca vida. En medio de este mundo materialista y consumista, en donde somos con frecuencia presas del egoísmo que nos lleva a atesorar, la vida del Espíritu nos libera para que los dones que Dios ha creado y de los cuales nos ha hecho administradores, puedan llegar a todos los hombres. 

Recordemos siempre que no hay nadie tan pobre que no tenga algo que compartir con los demás. El dinero sólo tiene valor cuando produce bienestar, y cuando este bienestar es recibido por los más necesitados, se convierte en bendición.

Salmo responsorial (145, 2. 5-6. 7. 8-9a)
R/  Alaba, alma mía, al Señor. 
  • Alabaré al Señor toda mi vida, cantaré y tocaré para mi Dios, mientras yo exista. R. 
  • Dichoso aquel que es auxiliado por el Dios de Jacob y pone su esperanza en el Señor, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto el mar encierra. R. 
  • El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R. 
  • Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R.

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 43-48)
Amen a sus enemigos.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo; yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.

Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.

Reflexión sobre el Evangelio

Con estas palabras termina Mateo este capítulo para indicar con claridad que ser cristiano es algo totalmente distinto a todo lo demás. No se trata, pues, de una filosofía ni de una religión en sí misma, sino de un estilo diferente de ser, de vivir y de pensar. 

El ser bueno con los que nos tratan bien, el orar por los que son parte de nuestra familia, el llevar buenas relaciones con los que nos corresponden en el trato, no tienen ningún mérito, esto es la manera normal de comportarse. El cristiano es diferente y esto es lo que llama la atención de los demás. Cuando en nuestra oficina o en nuestro medio nos encontramos con personas difíciles de tratar, cuando nuestro propio jefe o alguien del "staff" nos hace la vida pesada, es precisamente el momento de mostrar nuestra realidad "en Cristo". 

Nadie, por ciego que sea, ignora cuando un cristiano es insultado o perseguido por ser bueno, compasivo y justo y, ante la agresión, devuelve siempre una sonrisa o un gesto de amor; nadie pasará desapercibido el semblante sereno y pacífico de aquellos que viven en el amor de Dios y no dan cabida al odio o al rencor. Jesús, no nos dio opciones pues dijo: "Sean perfectos". La respuesta es tuya.

Oración

Señor Jesús, quiero seguir tu camino lleno de renuncias y por el cual recibiste la mayor gloria del Padre. Que no me aferre a los bienes materiales; enséñame a administrar lo que me has dado, de manera que pueda yo proveer bienestar a quien menos tiene y así recibir de ti las bendiciones que conlleva el dar.

Acción

Hoy buscaré a algún pobre en la calle y le daré algo de comer.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis Ciclo A - 2017, Conferencia Episcopal de Costa Rica