Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Viernes, 30 de mayo de 2025.


Tiempo Litúrgico: Pascua. Semana VI - Feria.
   Color del día: Blanco.  


Antífona de entrada
Ap 5, 9-10

Señor, con tu Sangre has rescatado a hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación, y has hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios. Aleluya.

Oración colecta

Escucha, Señor, nuestras súplicas, y haz que el efecto santificador que prometió tu Palabra se cumpla en todas partes por la predicación evangélica y que, conforme a lo que anunció, el testimonio de tu verdad lleve a plenitud nuestra adopción filial. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Tengo un pueblo numeroso
en esta ciudad

Lectura del libro de los Hechos
de los apóstoles 18, 9-18

Cuando estaba Pablo en Corinto, una noche le dijo el Señor en una visión: «No temas, sigue hablando y no te calles, pues yo estoy contigo, y nadie te pondrá la mano encima para hacerte daño, porque tengo un pueblo numeroso en esta ciudad».

Se quedó, pues, allí un año y medio, enseñando entre ellos la palabra de Dios.

Pero, siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se abalanzaron de común acuerdo contra Pablo y lo condujeron al tribunal diciendo: «Este induce a la gente a dar a Dios un culto contrario a la Ley».

Iba Pablo a tomar la palabra, cuando Galión dijo a los judíos: «Judíos, si se tratara de un crimen o de un delito grave, sería razón escucharos con paciencia; pero, si discutís de palabras, de nombres y de vuestra ley, vedlo vosotros. Yo no quiero ser juez de esos asuntos».

Y les ordenó despejar el tribunal.

Entonces agarraron a Sostenes, jefe de la sinagoga, y le dieron una paliza delante del tribunal, sin que Galión se preocupara de ello.

Pablo se quedó allí todavía bastantes días; luego se despidió de los hermanos y se embarcó para Siria con Priscila y Áquila. En Cencreas se había hecho rapar la cabeza, porque había hecho un voto.

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Jesús ya les había advertido a sus Discípulos que iban a ser perseguidos y que los llevarían a los tribunales, pero también les aseguró que él mismo estaría con ellos y que el Espíritu Santo les daría palabras y sabiduría a la que no podrían hacer frente sus enemigos.

Pablo, en este pasaje, es nuevamente testigo de que este aviso y esta promesa de Jesús se realizan en la vida de aquel que lo testifica con su palabra y con su vida. Jesús nos dice hoy a nosotros también, como lo hizo con Pablo: "No tengan miedo de hablar con valentía. Hablen y no callen, yo estoy con ustedes." 

Es, pues, necesario que lo anunciemos con valentía en nuestras oficinas, en nuestros barrios, en las escuelas y universidades. Si el mundo de hoy vive en esta oscuridad y soledad, que lo empuja a buscar el mal que lo destruye, es porque nosotros los cristianos hemos estado por mucho tiempo callados.

Es necesario despertar de nuestro letargo y ponernos a hablar del amor de Jesús; es necesario anunciarlo y dejar que se transparente en nuestra vida, aunque esto nos lleve a tener problemas. Estamos seguros que de la misma manera que Dios libró a Pablo y a sus compañeros, así también lo hará con nosotros.

Salmo responsorial
Sal 46, 2-3, 4-5. 6-7

R. Dios es el rey del mundo.
  • Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R.
  • Él nos somete los pueblos y nos sojuzga las naciones; él nos escogió por heredad suya: gloria de Jacob, su amado. R.
  • Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas: tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad. R.

Aclamación antes del Evangelio
Cf. Lc 24, 46. 26

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Era necesario que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos; y entrara así en su gloria. R.

EVANGELIO
Nadie os quitará vuestra alegría

Lectura del santo Evangelio
según san Juan 16, 20-23a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo, vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.

La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.

También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

La alegría de Dios es algo duradero, no es temporal ni esporádica; no se parece, de hecho, a la que el mundo y sus pasatiempos pueden producir. La razón es que esta alegría es interior pues es producida directamente por el Espíritu Santo.

Por eso Jesús dice: "que nadie podrá quitarnos esta alegría". Puede ser que pasemos por situaciones difíciles y apremiantes, sin embargo, la alegría interior se convierte en un río interno que pacifica, conforta y da armonía a toda nuestra vida, haciéndonos capaces de afrontar y resolver cualquier problema o dificultad, por difícil o grave que éste sea. Esta alegría y paz es tal, que por eso dice Jesús también: "Ese día no me preguntarán nada".

Y es que cuando el corazón está lleno de Dios, ¿qué cosa puede ser importante para el hombre sino Dios mismo? ¿Qué pregunta podría surgir de este corazón? Ninguna: Dios lo es todo, Dios lo llena todo, Dios lo ilumina todo. Pidamos al Espíritu: Ven Espíritu de alegría y de paz y llena todo nuestro ser, toda nuestra vida y haznos experimentar el poder y el amor del Dios que Salva.

Antífona de comunión
Cf. Rom 4, 25

Cristo fue condenado a muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. Aleluya.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

Protege, Señor, con amor constante a quienes has salvado, para que, una vez redimidos por la pasión de tu Hijo, se llenen ahora de alegría por su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración

Ya no tengo miedo de abrir mi boca y confesar que eres tú, Señor, quien me hace feliz y le da sentido a mi vida; aunque sigo necesitándola, ahora no te pido valentía sino sabiduría al anunciarte; quiero ser lo suficientemente capaz de llevar a tus pies a tanta gente que te necesita desesperadamente como yo aún te necesito.

Acción

Este día haré un plan para ir presentando a Jesús a cada uno de mis conocidos, de un modo adecuado para cada uno.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, Id y Enseñad, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).