La salud es un don de Dios

Debemos tener la sabiduría para aceptar siempre la voluntad de Dios para nuestra vida y también las situaciones propiamente humanas, como las enfermedades que todos tarde o temprano sufrimos.

Pero si hay un don de Dios maravilloso es la salud. La misericordia de Jesús es tan maravillosa que nos puede conceder la salud si la pedimos con fe.

Con salud, física y mental, podemos cumplir, con mayor energía, esa misión que se ha depositado en nuestra vida. Sin embargo, no podemos olvidar la historia de grandes santos que, a pesar de su mala salud, cumplieron a cabalidad sus propósitos.

Estas verdades deben hacernos meditar cómo Dios nos da el don precioso de la salud o bien la fuerza para salir adelante en la adversidad.