Evangelio del Día - Martes 2 de setiembre de 2014


Tiempo litúrgico: Ordinario (verde)

Santoral:



Primera lectura: Carta I de San Pablo a los Corintios 2,10b-16. 
"Nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios"

Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. ¿Quién puede conocer lo más íntimo del hombre, sino el espíritu del mismo hombre? De la misma manera, nadie conoce los secretos de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que reconozcamos los dones gratuitos que Dios nos ha dado. 

Nosotros no hablamos de estas cosas con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino con el lenguaje que el Espíritu de Dios nos ha enseñado, expresando en términos espirituales las realidades del Espíritu. El hombre puramente natural no valora lo que viene del Espíritu de Dios: es una locura para él y no lo puede entender, porque para juzgarlo necesita del Espíritu. 

El hombre espiritual, en cambio, todo lo juzga, y no puede ser juzgado por nadie. Porque ¿quién penetró en el pensamiento del Señor, para poder enseñarle? Pero nosotros tenemos el pensamiento de Cristo. 

Salmo 145(144),8-9.10-11.12-13ab.13cd-14. 
"Que todas tus obras te den gracias Señor"
  • El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; el Señor es bueno con todos y tiene compasión de todas sus criaturas.
  • Que todas tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu reino y proclamen tu poder.
  • Así manifestarán a los hombres tu fuerza y el glorioso esplendor de tu reino: tu reino es un reino eterno, y tu dominio permanece para siempre.
  • El Señor es fiel en todas sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que caen y endereza a los que están encorvados.

Evangelio según San Lucas 4,31-37. 
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?"

Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y enseñaba los sábados. Y todos estaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad. En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por el espíritu de un demonio impuro; y comenzó a gritar con fuerza; "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". 

El demonio salió de él, arrojándolo al suelo en medio de todos, sin hacerle ningún daño. El temor se apoderó de todos, y se decían unos a otros: "¿Qué tiene su palabra? ¡Manda con autoridad y poder a los espíritus impuros, y ellos salen!". Y su fama se extendía por todas partes en aquella región."

Reflexión

Una de las estrategias más astutas del demonio, y que usa con gran habilidad sobre todo en nuestros días, es hacernos creer que no existe. Hoy se busca explicar muchos de los efectos que el demonio produce en el hombre por medio de la psicología y otras ciencias afines. 

Sin embargo, el demonio es una realidad que atenta contra nuestra vida eterna y contra nuestra felicidad. El juego de la ouija, la lectura de las cartas, consultar adivinos, poner nuestra confianza en el horóscopo, no son juegos; abren la puerta para que Satanás pueda operar con mayor facilidad en la vida del hombre y destruirlo. 

No abramos nuestras puertas a lo que puede destruir nuestra felicidad en esta vida y en la otra. Dirige tu vida a Dios y él te dará la felicidad que estás buscando. Sólo Él tiene la vida. Ora, lee la Sagrada Escritura, busca vivir en gracia y serás feliz. 

Acción

Espíritu Santo, ya que me conoces y que soy patente ante ti, muéstrame qué hay en mí que aún no es como Jesús pide y qué cosas has transformado hasta ahora, para esforzarme en cambiar aquellas y seguir firme en éstas.

Hoy me daré más tiempo en mi oración personal y haré un análisis de cómo, poco a poco, he ido adquiriendo el modo de pensar de Cristo y en qué partes de mi vida aún no. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Evangelio del Día