Evangelio del Día - Lunes 6 de octubre de 2014


Tiempo litúrgico: Ordinario
Color del día: Verde

Santoral


Primera Lectura: Gálatas 1, 6-12
"No he recibido ni aprendido de ningún hombre el Evangelio, sino de Jesucristo"

Hermanos: Me sorprende que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó a la gracia de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, lo que pasa es que algunos os turban para volver del revés el Evangelio de Cristo. Pues bien, si alguien os predica un evangelio distinto del que os hemos predicado -seamos nosotros mismos o un ángel del cielo-, ¡sea maldito! Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡sea maldito! 

Cuando dijo esto, ¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?; ¿trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo. Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.

Salmo Responsorial: 110
"El Señor recuerda siempre su alianza."
  • Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman.
  • Justicia y verdad son las obras de sus manos, todos sus preceptos merecen confianza: son estables para siempre jamás, se han de cumplir con verdad y rectitud.
  • Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza, su nombre es sagrado y temible. La alabanza del Señor dura por siempre.

Evangelio: Lucas 10, 25-37
"¿Quién es mi prójimo?"

En aquel tiempo se presentó un letrado y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?" Él le dijo: "¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?" El letrado contestó: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo" Él le dijo: "Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida". Pero el letrado, queriendo aparecer como justo, preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" 

Jesús le dijo: "Un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. 

Pero un samaritano que iba de viaje, llegó adonde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó en una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más, yo te lo pagaré a la vuelta. ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?" El letrado contestó: "El que practicó la misericordia con él" Díjole Jesús: "Anda, haz tu lo mismo."

Reflexión
Cristo, el buen Samaritano

Según un texto antiguo que interpreta la parábola del buen Samaritano, el hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó representa a Adán, Jerusalén el paraíso, Jericó el mundo, los bandidos las fuerzas hostiles, el sacerdote la Ley, el levita los profetas, el Samaritano a Cristo. Por otro lado, las heridas simbolizan la desobediencia, la cabalgadura el cuerpo del Señor... y la promesa del regreso hecha por el Samaritano, según éste intérprete, prefigura la segunda venida de Cristo...

Este Samaritano carga con nuestros pecados (cf Mt 8,17) y sufre por nosotros. Carga con un moribundo y lo lleva a una posada, es decir, a la Iglesia. Ésta está abierta a todos, no rechaza dar su ayuda a nadie y Jesús invita a todos: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28). 

El Samaritano, después de haber llevado a la posada al herido, no se marcha inmediatamente, sino que permanece todo el día en la posada, cerca del moribundo. Cura sus heridas no tan sólo de día, sino durante la noche, rodeándolo de toda clase de atentos cuidados... Verdaderamente, este guardián de las almas se mostró mucho más cercano y cuidadoso de los hombres que la Ley y los profetas «dando pruebas de bondad» hacia aquel que «cayó en manos de unos bandidos» y «se portó como prójimo» mucho más en actos que en palabras.

Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo 
Homilías sobre el evangelio de Lucas 34, 3.7-9; GCS 9, 201-202.204-205

Acción

Señor, he recibido la Buena Nueva del Reino de los Cielos, me ha sido anunciada por la Iglesia que fundaste; yo lo he aceptado como el gran don durante mi paso en este mundo y como la esperanza del mundo futuro. Guarda con tu Santo Espíritu, esa palabra que me ha sido dada y dame el privilegio de poder anunciarla adecuada y fielmente a todos los que me rodean y aun a gente que no conozco.

Hoy buscaré a alguna persona que necesite consuelo y ánimo y le hablaré con sencillez de mi fe. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelio del Día
Evangelización Activa