Lecturas - Jueves 12 de marzo de 2015

Tiempo litúrgico: Cuaresma
Color: Morado

Santoral

Primera Lectura: Jeremías 7, 23-28
"Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios"

Así dice el Señor: "Ésta fue la orden que di a vuestros padres: "Escuchad mi voz. Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; caminad por el camino que os mando, para que os vaya bien." Pero no escucharon ni prestaron oído, caminaban según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, me daban la espalda y no la frente. 

Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día; pero no me escucharon ni prestaron oído: endurecieron la cerviz, fueron peores que sus padres. Ya puedes repetirles este discurso, que no te escucharán; ya puedes gritarles, que no te responderán. Les dirás: "Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. La sinceridad se ha perdido, se la han arrancado de la boca.""

Salmo Responsorial: 94
"Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón.""
  • Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
  • Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
  • Ojalá escuchéis hoy su voz: "No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras."

Evangelio: Lucas 11, 14-23
"El que no está conmigo está contra mí"

En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: "Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios." Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? 

Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. 

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama."

Reflexión

La manifestación definitiva de la victoria del Reino y de Jesús es el hecho de que el demonio no tiene ya poder sobre el mundo y la humanidad. 

Sin embargo, esto no ocurrirá totalmente sino hasta el final de los tiempos, cuando, como dice San Pablo, todo incluyendo la muerte, será puesto bajo los pies de Jesús. Mientras tanto, nos acogemos al poder salvífico de Jesús que obra en la medida que "estamos con él", en la medida en que nos sentimos necesitados. Sabemos que de manera ordinaria el demonio sólo opera en el ámbito de la tentación. Jesús es quien tiene el poder para ayudarnos a vencer nuestras tentaciones, por eso el tiempo de la cuaresma es un tiempo privilegiado para crecer en nuestra relación con Dios mediante la oración. 

En la medida en que "estamos" más con Jesús, el demonio tiene menos oportunidad de destruirnos. Aprovechemos nuestra cuaresma incrementando el tiempo que dedicamos a nuestra oración personal. 

Acción

Cuántas veces, Señor, me has buscado y cuántas veces yo he hecho oídos sordos a tu llamado. Perdóname, Dios mío, por tanta dureza de mi parte, perdona mi ignorancia y necedad al no escuchar tus invitaciones a la vida bienaventurada que me ofreces. Hoy, Señor me rindo ante ti para decirte que escucharé tu voz cada día en tu Palabra, y andaré según el camino que a través de ella me indiques para que en todo me vaya bien.

El día de hoy tendré un tiempo a solas con Dios, para expresarle todo lo que he perdido por vivir fuera de él, y durante ese tiempo haré un compromiso de corazón con él para serle fiel de hoy en delante.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis, Conferencia Episcopal de Costa Rica