Lecturas de la Misa y reflexión sobre el Evangelio - Viernes 12 de junio de 2015

Tiempo Litúrgico: Ordinario
Color: Blanco


Santoral:

Primera Lectura: Oseas 11, 1b. 3-4. 8c-9
"Se me revuelve el corazón"

Así dice el Señor: "Cuando Israel era joven, lo amé, desde Egipto llamé a mi hijo. Yo enseñe a andar a Efraín, lo alzaba en brazos; y él no comprendía que yo lo curaba. Con cuerdas humanas, con correas de amor lo atraía; era para ellos como el que levanta el yugo de la cerviz, me inclinaba y le daba de comer. Se me revuelve el corazón, se me conmueven las entrañas. No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín; que soy Dios, y no hombre; santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta."

Salmo Responsorial: Isaías 12, 2-6
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación
  • El Señor es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
  • Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso.
  • Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: "Qué grande es en medio de ti el santo de Israel."

Segunda Lectura: Efesios 3, 8-12. 14-19
"Comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano"

Hermanos: A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, y aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo. Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designo eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él. 

Por esta razón, doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra ra íz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.

Evangelio según san Juan 19, 31-37
"Le traspasó el costado, y salió sangre y agua"

En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. 

El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: "No le quebrarán un hueso"; y en otro lugar la Escritura dice: "Mirarán al que atravesaron."

Reflexión
“Mirarán al que atravesaron”

[ ... ]   Quizás lo más impresionante del Corazón de Jesús, es decir, de Jesús mismo, es que quisiera hacerse vulnerable y devolver al corazón del hombre lo que le es más propio y aquello de lo que más intentamos huir: que nos puedan hacer daño. El amor de Dios se tradujo en amor humano y se abrió a todos los hombres en reciprocidad, no desde el cielo, sino desde el suelo, de igual a igual. Por eso pudo Jesús llorar ante la muerte de Lázaro y por eso sintió compasión de la viuda de Naín y se estremeció ante el beso traidor de Judas. Por eso también sintió cansancio y se paró en el pozo de la samaritana y se durmió exhausto en la barca. 

Y por eso se llenaba de una alegría plena y serena cuando estaba a la mesa con los suyos. Por eso amó a los suyos “con cuerdas humanas” y “los atraía con correas de amor”. Y también por eso tuvo que aprender sufriendo a obedecer en Getsemaní y sudó gotas de sangre y degustó el amargo sabor de la angustia y el miedo. Como uno de los nuestros se fió del Padre y como uno de los nuestros colgó del madero y le abrieron el corazón. Pero ese corazón, siendo humano, era también el Corazón de Dios y de su interior nos vinieron todos los bienes: los sacramentos, la Iglesia…

Y si miramos al interior de ese corazón por la apertura de la herida, ¿qué veremos? Al Padre! Ese es el verdadero contenido de su corazón, el fuego que lo incendia, la fuerza que lo hace latir: al amor a su Padre. Jesús se dejó abrir el corazón para hacernos entrar en la maravillosa intimidad que tenía con su Padre. Su tesoro más preciado era esa intimidad y la quiso compartir con nosotros. [ ... ]

Escrito por Comentarista 6 el 12 de junio de 2015. Posteado en Comentario a las Lecturas, sitio web Archidiócesis de Madrid.

Oración

Señor, sé que estás tremendamente enamorado de mí y eso me abruma, quiero hacerte saber que yo también siento un gran amor por ti. Será la labor de toda mi vida demostrarte ese amor con mi entrega, con mis actos de servicio a mis hermanos y, sobre todo, con mi oración. Amén.

Acción

Hoy inspeccionaré los sentimientos y emociones de mi corazón, y pondré mayor empeño en favorecer las que son similares a las de Dios.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa, Evangelio del Día y Archidiócesis de Madrid
Verificado en:
Ordo Temporis 2015 - Conferencia Episcopal de Costa Rica