Lecturas de la Misa del día y reflexiones - Viernes 14 de agosto de 2015


Tiempo Litúrgico: Ordinario
Color: Rojo

Santoral:



Primera Lectura: Josué 24, 1-13
"Tomé a vuestro padre del otro lado del río; os saqué de Egipto; os di una tierra"

En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo: "Así dice el Señor, Dios de Israel: "Al otro lado del río Éufrates vivieron antaño vuestros padres, Teraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses. Tomé a Abrahán, vuestro padre, del otro lado del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia dándole a Isaac. A Isaac le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. 

Envié a Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después os saqué de allí. Saqué de Egipto a vuestros padres; y llegasteis al mar. Los egipcios persiguieron a vuestros padres con caballería y carros hasta el mar Rojo. Pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre vosotros y los egipcios; después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos. Vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. 

 Después vivisteis en el desierto muchos años. Os llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; os atacaron, y os los entregué. Tomasteis posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante vosotros. Entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que os maldijera; pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendeciros, y os libré de sus manos. 

Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó. Los jefes de Jericó os atacaron: los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos; pero yo os los entregué; sembré el pánico ante vosotros, y expulsasteis a los dos reyes amorreos, no con tu espada ni con tu arco. Y os di una tierra por la que no habíais sudado, ciudades que no habíais construido, y en las que ahora vivís, viñedos y olivares que no habíais plantado, y de los que ahora coméis.""

Salmo Responsorial: 135, 1-3. 16-18. 21-22 y 24
"Porque es eterna su misericordia"
  • Dada gracias al Señor porque es bueno.
  • Dad gracias al Dios de los dioses.
  • Dad gracias al Señor de los señores.
  • Guio por el desierto a su pueblo.
  • Él hirió a reyes famosos.
  • Dio muerte a reyes poderosos.
  • Les dio su tierra en heredad.
  • En heredad a Israel, su siervo.
  • Y nos libró de nuestros opresores.

Evangelio: Mateo 19,3-12
"Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así"

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: "¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?" Él les respondió: "¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre." 

Ellos insistieron: "¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?" Él les contestó: "Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo que, si uno se divorcia de su mujer -no hablo de impureza- y se casa con otra, comete adulterio." 

Los discípulos le replicaron: "Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse." Pero él les dijo: "No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga."

Reflexión sobre la Primera Lectura

Toda nuestra historia es una historia de salvación en la que Dios está presente y va realizando su proyecto de amor para con cada uno de nosotros, nuestras familias y nuestra comunidad. 

Es importante, de cuando en cuando, recordar las obras de amor y salvación que Dios ha actuado en nuestra vida y familia, ya que esto hace que la fe se mantenga viva. Esta es la razón también del por qué debemos todos los días tener tiempo para la lectura de la Palabra de Dios, en ella encontramos la historia de nuestro pueblo, la historia del "Dios amor" que ha entregado a su Único Hijo para que todo aquel que crea tenga vida en él; es la historia del Dios que, habiéndonos perdonado, nos ha llenado con su Espíritu haciendo de nosotros un verdadero templo en donde él habita. 

Del Dios que día tras día, en cada oración y en cada sacramento nos salva, nos santifica y nos llena de paz; del Dios que camina con nosotros día con día, hasta la consumación de los tiempos.

Reflexión sobre el Evangelio

Jesús es claro sobre la realidad del sacramento del matrimonio: éste crea la unidad entre el hombre y la mujer pues "ya no son dos sino uno solo". 

Dios creó un solo ser: "el hombre", y éste en dos sexos, con el fin de que el hombre y la mujer se complementen y alcancen así la perfección. La causa que está a la base del divorcio, es precisamente que, las parejas durante el noviazgo, no buscan complementarse el uno al otro, sino pasársela bien. Este aspecto de complementariedad exige renuncias y sacrificios por parte de los dos, pues la complementariedad debe ser mutua. Lógicamente, cuando no se dio, ni se entendió que ésta, es la realidad del matrimonio, la pareja tiende a buscar quién o qué lo complemente. 

Peor aún, es que tampoco son conscientes de que la relación que se estableció es PARA SIEMPRE, por lo que deben hacer todo lo posible por rescatar lo que se pudiera estar perdiendo (clásico de nuestro mundo utilitarista:todo es desechable). 

Es importante que tanto nuestros jóvenes, que están en el proceso de noviazgo, como los ya casados, busquen vivir estas dos realidades: la complementariedad y la fidelidad a la alianza realizada. Si esto se consigue, los esposos se darán cuenta que la vida matrimonial es una verdadera invitación a la felicidad plena en el amor de Dios.

Oración

Señor, tú has hecho con mi vida una verdadera historia de salvación, has derramado bendiciones abundantes y no soy digno de nada, sino que descubro que solo ha sido por tu gracia y amor. Gracias, Señor. Te pido que por tu gran misericordia y amor, sigas escribiendo mi historia de salvación hasta que llegue a tus brazos que me esperan.

Acción

Hoy me haré consciente de la presencia de Dios y de su amor; me daré tiempo para orar y para leer más la Escritura. Descubriré en mi vida las huellas del amor de Dios, del amor que salva.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015 Conferencia Episcopal de Costa Rica