Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Viernes 6 de noviembre de 2015


Tiempo Litúrgico: Ordinario
Color: Verde

Santoral:


Primera Lectura: Romanos 15, 14-21
"Ministro de Cristo Jesús para con los gentiles, para que la ofrenda agrade a Dios"

Respecto a vosotros, hermanos, yo personalmente estoy convencido de que rebosáis de buena voluntad y de que os sobra saber para aconsejaros unos a otros. A pesar de eso, para traeros a la memoria lo que ya sabéis, os he escrito, a veces propasándome un poco. Me da pie el don recibido de Dios, que me hace ministro de Cristo Jesús para con los gentiles: mi acción sacra consiste en anunciar el Evangelio de Dios, para que la ofrenda de los gentiles, consagrada por el Espíritu Santo, agrade a Dios. 

En Cristo Jesús estoy orgulloso de mi trabajo por Dios. Sería presunción hablar de algo que no fuera lo que Cristo hace por mi medio para que los gentiles respondan a la fe, con mis palabras y acciones, con la fuerza de señales y prodigios, con la fuerza del Espíritu de Dios. Tanto, que en todas direcciones, a partir de Jerusalén y llegando hasta la Iliria, lo he dejado todo lleno del Evangelio de Cristo. 

Eso sí, para mí es cuestión de amor propio no anunciar el Evangelio más que donde no se ha pronunciado aún el nombre de Cristo; en vez de construir sobre cimiento ajeno, hago lo que dice la Escritura: "Los que no tenían noticia lo verán, los que no habían oído hablar comprenderán."

Salmo Responsorial: 97
"El Señor revela a las naciones su victoria."
  • Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo.
  • El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel.
  • Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclamad al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad.

Evangelio: Lucas 16, 1-8
"Los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz"

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Un hombre rico tenía un administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: "¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido." El administrador se puso a echar sus cálculos: "¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa." 

Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi amo?" Éste respondió: "Cien barriles de aceite." Él le dijo: "Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta." Luego dijo a otro: "Y tú, ¿cuánto debes?" Él contestó: "Cien fanegas de trigo." Le dijo: "Aquí está tu recibo, escribe ochenta." Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz."

Reflexión sobre la Primera Lectura

Este pasaje podríamos orientarlo hoy hacia la consideración de cuáles son nuestras conversaciones. 

No sé si te habrás dado cuenta que pocas personas en nuestro medio, dentro de su conversación ordinaria, hablan de temas religiosos y mucho menos directamente de Jesús y del Evangelio. Esto me parece que obedece, por un lado a la falta de conocimiento que se tiene de él y de su doctrina, pero por otro lado, a una mezcla de temor al rechazo y a una falta de interés por la evangelización. 

Cualquiera que sea el caso, nos tendría que llevar a pensar en aquello que decía Jesús: "La boca habla de lo que está lleno el corazón". Cuando el hombre, como san Pablo, está lleno de Dios, de Jesús, de su evangelio, no puede evitar el hablar de él; por más que busque evitarlo, tarde o temprano se escapará por sus labios. Recuerda que Dios se vale de nuestras palabras, de nuestras acciones y en general de toda nuestra persona para llevar el mensaje de salvación a los demás. 

No te avergüences, muéstrate como cristiano, habla de Jesús a tus amigos, conócelo más, llénate de él, sé su instrumento para que todos lo conozcan y lo amen.

Reflexión sobre el Evangelio

Muchas veces me he dicho: si la sabiduría, el talento y el empuje que con frecuencia usamos en nuestra vida cotidiana los usáramos para la construcción del Reino, para la evangelización, para llevar socorro a los necesitados, seguramente que nuestro mundo sería mucho muy diferente.

Haz un recuento de todos los dones y carismas que Dios te ha dado y fíjate cuántos de éstos los estás utilizando para construir el Reino de Dios en el lugar donde Él te ha puesto, no sea que los estés usando únicamente para tu propio provecho.

Oración

Señor Jesus, concédeme tus sagrados dones para poder manifestarte en mi vida diaria, tanto con mi familia como con mis compañeros de trabajo y con todas las personas con las que me relacione durante el día que me has concedido.

Acción

Durante este día daré testimonio de la presencia de Dios en mi vida, tanto con mis palabras como con mis acciones.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015 Conferencia Episcopal de Costa Rica