Tiempo Litúrgico: Adviento
Color del día: Morado
Santoral:
Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis (49, 2. 8-10)
No se apartará de Judá el cetro:
En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les habló así: “Acérquense y escúchenme, hijos de Jacob; escuchen a su padre, Israel. A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; pondrás la mano sobre la cabeza de tus enemigos; se postrarán ante ti los hijos de tu padre.
Cachorro de león eres, Judá: has vuelto de matar la presa, hijo mío, y te has echado a reposar, como un león. ¿Quién se atreverá a provocarte?
No se apartará de Judá el cetro, ni de sus descendientes, el bastón de mando, hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos le deben obediencia”.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Toda la historia del pueblo de Israel estaba centrada en la promesa del Mesías, el cual reinaría eternamente y a quien todos los pueblos rendirían honor y obediencia. Esta promesa se ha realizado de manera definitiva en Cristo por lo que él debe reinar, no solo sobre las naciones, sino en cada uno de los corazones.
Al iniciar la etapa final de nuestra preparación para la fiesta de la Navidad, la liturgia nos invita a revisar si verdaderamente Jesús es ya una realidad en nuestra vida. Si esto es así, convendría preguntarnos si efectivamente él reina en todas las áreas de nuestra vida y si su palabra es considerada siempre como la palabra de un Rey.
Solo si Dios reina en tu vida y en tu corazón, la paz y la salvación ofrecidas por Dios para su pueblo serán una realidad en tu corazón. Dale a Jesús el “cetro” de tu vida y serás verdaderamente feliz.
Salmo responsorial:
(Sal 71, 2. 3-4ab. 7-8. 17)
R/ Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
- Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R.
- Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará justicia al oprimido y salvará a los hijos de los pobres. R.
- Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra.R.
- Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva su nombre. Que sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones. R.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (1, 1-17)
Genealogía de Jesucristo, hijo de David.
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David.
David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce.
Reflexión sobre el Evangelio
San Mateo inicia su Evangelio con la Genealogía de Cristo para indicarnos que él es el Mesías anunciado desde Abraham y que es verdadero hombre.
Cada período de catorce generaciones nos presenta una etapa de la historia de la salvación, en medio de la cual, Dios fue realizando esta salvación. Dios se inserta en nuestra historia de manera total, se hace hombre, se encarna para tomar parte de las realidades humanas (menos del pecado) y desde ahí proponer un estilo de vida. Jesús no es un concepto sino el amor de Dios hecho carne. Dios está en nuestra historia personal y quiere participar en ella.
El problema es que algunos no le permitimos actuar con libertad y por ello, nuestra vida se complica. Dios no es una idea, es una persona encarnada, por ello el cristianismo no es una filosofía sino un estilo de vida. Vivámoslo esta Navidad y siempre.
Oración
Señor, hoy me levanto de mi trono para darte el lugar más importante en mi vida, quiero que tú seas mi tesoro en donde yo deposite mi corazón.
Acción
Revisaré en qué puntos de la ley no obedezco al Señor, y en oración pediré la asistencia del Espíritu Santo para poder crecer en esa área.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis Ciclo C - 2019, Conferencia Episcopal de Costa Rica