Cuaresma, un tiempo de conversión

El Señor nos brinda una nueva oportunidad de volver sus ojos hacia Él, hacia su voluntad, hacia su misericordia. Nos brinda una nueva cuaresma para reflexionar en nuestro interior y poder vivir de nuevo una Semana Santa gloriosa, pensando siempre en el plan de Salvación de Dios.

No es una cuaresma más, a veces tenemos la mala costumbre de menospreciar este tiempo, dejándolo como un anticipo de nuevas vacaciones. Pero el cristiano católico tiene que tomarlo en serio, más que un tiempo de reflexión como una oportunidad de conversión.

Tampoco es un tiempo de tristeza, no, la iglesia es una fiesta permanente. La Fe Católica nos regala sacramentos que son en realidad fiestas, y en este tiempo en particular nos acogemos al sacramento de la reconciliación.

La reconciliación, el perdón de Dios, debería ser un sacramento al que acudamos constantemente durante el año, para poder hacer frente a las situaciones de todos los días. ¡Que linda sensación cuando el sacerdote nos indica que Jesucristo nos ha perdonado, y nos motiva a seguir nuestras vidas sin pecar más! ¡Que paz y que alegría!

Con estas reflexiones les motivo a que podamos tomar este tiempo de cuaresma para urgar en nuestro interior lo que está bien y lo que no, a la luz de la palabra del evangelio y de las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, para que podamos alabar y dar gracias a Dios, por su sacrificio redentor.

Eduardo A. Bolaños Vargas