Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Jueves 9 de abril de 2020.


Tiempo Litúrgico: Jueves Santo (por la mañana). 
   Color del día: Blanco.   


Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Isaías (61, 1-3. 6. 8-9)
No aparté mi rostro de los insultos,
y sé que no quedaré avergonzado.

El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, y la libertad a los prisioneros; a pregonar el año de gracia del Señor, el día de la venganza de nuestro Dios.

El Señor me ha enviado a consolar a los afligidos, los afligidos de Sión, a cambiar su ceniza en diadema, sus lágrimas en aceite perfumado de alegría y su abatimiento, en cánticos. Ustedes serán llamados “sacerdotes del Señor”; “ministros de nuestro Dios” se les llamará.

Esto dice el Señor: “Yo les daré su recompensa fielmente y haré con ellos un pacto perpetuo. Su estirpe será célebre entre las naciones, y sus vástagos, entre los pueblos. Cuantos los vean reconocerán que son la estirpe que bendijo el Señor”.

Salmo responsorial
(Sal 88, 21-22. 25 y 27)
R/ Proclamaré sin cesar
la misericordia del Señor.
  • “He encontrado a David, mi servidor, y con mi aceite santo lo he ungido. Lo sostendrá mi mano y le dará mi brazo fortaleza. R.
  • Contará con mi amor y mi lealtad y su poder aumentará en mi nombre. El me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y que me salva’ ”. R.

Segunda Lectura
Lectura del libro del Apocalipsis
del apóstol san Juan (1, 5-8)
Ha hecho de nosotros un reino
de sacerdotes para Dios.

Hermanos míos: Gracia y paz a ustedes, de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el soberano de los reyes de la tierra; aquel que nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre. A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

Miren: él viene entre las nubes, y todos lo verán, aun aquellos que lo traspasaron. Todos los pueblos de la tierra harán duelo por su causa.

“Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que era y el que ha de venir; el todopoderoso”.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (4, 16-21)
El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque me ha ungido.

En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.

Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que ustedes acaban de oír”.

Reflexión sobre las Lecturas

Comienza el Triduo Pascual. Desde la creación del universo no ha vuelto a manifestarse el poder divino en igual intensidad y magnitud. De hecho, estos tres días constituyen una nueva creación: es la Pascua definitiva, el paso salvador de Dios que, asumiendo lo salvable de la primera creación, le da una plenitud insospechada, el Cielo.

Estos tres días asistimos al despliegue incomparable del poder de Jesucristo, el Unigénito de Dios que, como Amante de la humanidad, el Amor de los amores, va a restaurar de una vez para siempre el desamor que introdujo el pecado original. Un acto así contiene una fuerza interior de tal magnitud que ninguna criatura puede realizarlo por sí misma.

Sólo Dios hecho hombre, y sólo Él, es capaz de renovarlo todo mediante un único acto: criatura en cuanto hombre, todopoderoso en cuanto Dios, en el misterio de su pasión, muerte y resurrección no sólo da cumplimiento a todo lo anunciado por los profetas, sino que revela el magnánimo designio de amor con su criatura introduciéndonos en su misma intimidad.

Un acto en tres días en que el Cordero de Dios va a crear el cielo nuevo y la tierra nueva. Eso es el Triduo Pascual: el poder creador de Dios que va a salvarlo y a re-crearlo todo.

El Triduo Santo se entreteje con actos extremos, comenzando por el Jueves Santo: “los amó hasta el extremo”. Ayer contemplábamos el extremo de la traición y del pecado en el que estamos hundidos. Hoy contemplamos su anverso luminoso y eterno en un Dios hecho hombre que nos ama con locura: la locura y el extremo de la eucaristía, el deseo del Amante de estar con sus amados todos los días de nuestra vida.

San Pablo relata cómo desde el comienzo la Iglesia repitió aquello que Jesús les pidió a los Apóstoles: “Esto es mi cuerpo; esta es mi sangre”. Y otorga a la Iglesia el medio para llevarlo a cabo: “Haced esto”, instituyendo así el sacerdocio ministerial. Dos obras divinas que cimientan la Iglesia y permiten a Cristo estar presente en medio de los hombres.

Estos días se está hablando mucho de la comunión espiritual. Creo que puedes aprovechar las circunstancias actuales para profundizar en esto y aprender a vivir en comunión con Él desde las mismas entrañas de tu alma. ¡Verás cómo será la próxima vez que puedas comulgar y estar un rato de adoración ante Él…!

Extracto: por Comentarista 6 | jueves, 9 abril 2020 | Comentario a las Lecturas | Archidiócesis de Madrid

Oración

Concédenos, Señor, participar dignamente en estos misterios porque cada vez que se celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención.

Acción:

Hoy participaré en la celebración de la Cena del Señor. (aunque esta sea virtual), tendré la devoción, reverencia, convicción y agradecimiento por Su entrega.

Adaptado de: 
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa, Archidiócesis de Madrid 
Verificado en: 
Ordo Temporis Ciclo A – 2020, Conferencia Episcopal de Costa Rica