Tiempo Litúrgico: Ordinario II - Semana XXVIII.
Color del día: Blanco.
Memoria obligatoria:
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los efesios (1, 1-10)
Nos eligió en Cristo antes de crear el mundo.
Yo, Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, les deseo a ustedes, los hermanos y fieles cristianos que están en Efeso, la gracia y la paz, de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en él con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para que fuéramos santos e irreprochables a sus ojos, por el amor, y determinó, porque así lo quiso, que, por medio de Jesucristo, fuéramos sus hijos, para que alabemos y glorifiquemos la gracia con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado.
Pues por Cristo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El ha prodigado sobre nosotros el tesoro de su gracia, con toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo, cuando llegara la plenitud de los tiempos: hacer que todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, tuvieran a Cristo por cabeza.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Iniciamos hoy una de las cartas más bellas del apóstol. En esta introducción san Pablo nos presenta todo un resumen de su predicación. Sería prácticamente imposible desarrollar hoy todo el contenido de este denso y profundo saludo.
Por ello nos centramos sólo en la vocación del cristiano: Ser santos. Esta es una ELECCIÓN de Dios para todos y cada uno de nosotros. Es posible esta santidad, ya que el mismo Dios ha "derramado en nosotros SU gracia, para que lo conozcamos y lo amemos".
Esto es lo que nos hace ser "irreprochables" ante ÉL. Así el cristiano, favorecido con esta gracia y este conocimiento de Dios, vive en continua alabanza dándole gloria por el amor y la paz que puede experimentar por la acción del Espíritu Santo.
Una de las características externas del cristiano es "vivir una vida de alabanza a Dios". Te invito a que todos los días, y en todo momento des Gloria a Dios y así manifiestes tu pertenencia a Cristo.
Salmo responsorial
(Sal 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6)
R/ El Señor nos ha mostrado
su amor y su lealtad.
- Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R.
- El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R.
- La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R.
- Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (11, 47-54)
Les pedirán cuentas de la sangre de los profetas,
desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y doctores de la ley: “¡Ay de ustedes, que les construyen sepulcros a los profetas que los padres de ustedes asesinaron! Con eso dan a entender que están de acuerdo con lo que sus padres hicieron, pues ellos los mataron y ustedes les construyen el sepulcro.
Por eso dijo la sabiduría de Dios: Yo les mandaré profetas y apóstoles, y los matarán y los perseguirán, para que así se le pida cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas que ha sido derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías, que fue asesinado entre el atrio y el altar. Sí, se lo repito: a esta generación se le pedirán cuentas.
¡Ay de ustedes, doctores de la ley, porque han guardado la llave de la puerta del saber! Ustedes no han entrado, y a los que iban a entrar les han cerrado el paso”.
Luego que Jesús salió de allí, los escribas y fariseos comenzaron a acosarlo terriblemente con muchas preguntas y a ponerle trampas para ver si podían acusarlo con alguna de sus propias palabras.
Reflexión sobre el Evangelio
El mundo necesita que los cristianos retomemos nuestro papel como profetas. Hombres y mujeres que sepan hablar con valentía, que tengan el coraje de anunciar el Reino y de denunciar aquello que se opone a éste. No es fácil, pues la suerte del profeta siempre es la misma: el desprecio, el descrédito, incluso la muerte.
¿Cómo podemos quedarnos callados cuando vemos que nuestro mundo va caminando hacia la oscuridad; cuando los valores morales van desapareciendo, cuando el cristianismo se ha hecho una rutina ritual en lugar de ser una forma de vida? ¿No te parece que ya es tiempo de tomar de nuevo nuestro papel como bautizado, como heraldos de la buena noticia del Evangelio?
Oración
Acepto tu llamado, Señor, a ser santo; no sólo lo acepto sino que es también mi deseo, quiero ser santo.
Revísteme de esa santidad que viene de ti, sé que por mí mismo no la podría obtener, pero también sé que tú has derramado tu gracia en mi vida para que te conozca y te ame, por eso me atrevo a desearla y pedírtela. Yo por mi parte me mantendré alabando y bendiciendo tu Nombre en cada momento de mi vida.
Acción
Hoy seré muy cuidadoso de estar alabando a Dios todo el día, hasta por las cosas más pequeñas, y veré de darle gloria en cada cosa que me ocurra.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro.
Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis Ciclo A – 2020, Conferencia Episcopal de Costa Rica