La Iglesia en Cuba celebra el inicio del Año de San Antonio María Claret

Misa en el Arzobispado de Cuba.
Crédito: Arzobispado de Cuba.

12 de marzo de 2021 - 8:32 PM
Redacción ACI Prensa

Con una Misa, la Iglesia en Cuba celebró el 170 aniversario de la presencia evangelizadora de San Antonio María Claret, patrono de la catequesis y de las misiones en la isla, inaugurando un año dedicado en su honor.

El miércoles 3 de marzo el Arzobispado de Santiago de Cuba celebró con una Misa Solemne el inicio del Año de San Antonio María Claret, religioso que fue Arzobispo de Santiago de Cuba a mediados del siglo XIX y el fundador de la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como claretianos.

La oficina de prensa de la Arzobispado de Santiago de Cuba explicó a ACI Prensa que eligieron esa fecha porque el santo visitó por primera vez el Santuario Basílica de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, el 3 de marzo de 1851, al poco tiempo de llegar a la isla para asumir el cargo de Arzobispo.

En recuerdo de ese histórico momento, Mons. Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba celebró una Misa privada en el Santuario dedicado a la Virgen del Cobre. En su homilía, el Prelado “trató de recorrer la vida y misión del Santo Arzobispo, recordando que de su vida de oración y cercanía a la Palabra de Dios emanaba su celo pastoral”.

Durante la celebración el Prelado estuvo acompañado de Mons. Juan de la Caridad García, Arzobispo de La Habana; Mons. Giampiero Gloder, Nuncio Apostólico en Cuba; y los demás obispos cubanos, con excepción de Mons. Arturo Gonzáles Amador, Obispo de Santa Clara y los obispos eméritos.

También participaron los sacerdotes, religiosas y religiosos de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba y los laicos miembros del Consejo Pastoral Diocesano. La oficina de prensa explicó que la ceremonia fue de carácter no público debido a la pandemia del COVID-19, y que se desarrolló bajo las condiciones sanitarias establecidas.

Durante la Eucaristía, el Prelado anunció el inicio del Año de San Antonio María Claret, tiempo en que se busca “profundizar en la vida y misión de este Santo Arzobispo, que en condiciones muy difíciles para la iglesia diocesana -después de haber pasado 14 años sin Arzobispo-, desarrolló una labor evangelizadora, misionera, social amplia, renovadora, profunda”, dijo la Arquidiócesis.

Además, destacó que el santo tuvo un gran celo evangelizador, al punto que utilizó “cualquier medio que le fuera necesario para llegar y palpar la realidad de su arquidiócesis”.

Relató que en cuatro ocasiones “San Antonio recorrió el extenso territorio arquidiócesis, que entonces llegaba hasta los límites de Morón, actual Diócesis de Ciego de Ávila; a loma de mulo, carruaje, tren, vapor […] Llegó a lugares que aún hoy son de difícil acceso, a lugares y personas donde hacía más de 60 años no lo visitaba un obispo”.

El Arzobispado dijo a ACI Prensa que en el Año de San Antonio María Claret “no se han pedido gracias de carácter especial como en los años jubilares”, pues más allá del carácter celebrativo, “los frutos directos que se buscan tienen un alcance pastoral para el hoy y el futuro de la misión de la Iglesia”.

Por ello, “desde octubre del pasado año un grupo de sacerdotes, religiosas y laicos habían comenzado a perfilar sus objetivos, que más que celebrar un número cerrado, busca aprovechar la ocasión para profundizar el espíritu de San Antonio María Claret, como iluminador del actual actuar pastoral”.

El Arzobispado señaló a ACI Prensa que tienen actividades planificadas que se realizarán si las condiciones sanitarias lo permiten. Por ejemplo, mencionó que preparan una exposición y un ciclo de conferencias “sobre la vida y obra de Claret en Cuba”.

El objetivo de estas actividades será profundizar el legado del santo en cinco ejes: Misiones, Catequesis, Pastoral Social, Seminario y Familia, para que sean “fuente de inspiración” en el quehacer pastoral actual, y contribuya a enseñar a otras diócesis cubanas sobre “San Antonio María Claret, un santo para algunos casi desconocido hoy”

Historia de San Antonio María Claret en Cuba

San Antonio María Claret nació en Sallent, Barcelona (España), en 1807. En su juventud fue obrero textil, por lo que se le considera patrono de los tejedores y de la industria textil de Cataluña. Desde pequeño se destacó por su amor a la Eucaristía y a la Virgen María.

Años más tarde ingresó al seminario y es ordenado sacerdote en 1835. Primero asumió un cargo parroquial, pero su deseo más grande era ser misionero. Renunció a su cargo y empezó a predicar el Evangelio, primero en las periferias de Cataluña y luego a las Islas Canarias.

En 1849 fundó la orden de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, conocidos como “claretianos”. Al poco tiempo el Papa lo nombró Arzobispo de Santiago de Cuba, y el 28 de diciembre de 1850, emprendió un viaje de 50 días en fragata hacia la isla, acompañado de nueve sacerdotes, cuatro seglares colaboradores y 18 religiosas Hijas de la Caridad con su capellán vicentino.

La fragata desembarcó en el puerto de Santiago de Cuba el domingo 16 de febrero de 1851 y dos días después tomó posesión de la sede arzobispal.

El Superior General de los claretianos señaló en una carta dirigida a Mons. García que “Claret era muy consciente de que al principio del pentagrama de su ministerio era preciso colocar la clave del Espíritu, sin la cual toda su acción sería ineficaz”. Por ello, lo primero que hizo fue organizar ejercicios espirituales y visitar el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, para poner la arquidiócesis bajo su protección.

El Arzobispado recordó que “la situación de Cuba en 1851, entonces dependiente de España, era muy difícil tanto en lo social como en lo eclesial. No vino Claret a un ‘mar de rosas’”.

Explicó que “la esclavitud lastraba la sociedad, el relajamiento de las buenas costumbres morales en el clero y más que nada en los hombres, la ausencia de sacerdotes cubanos -hacía 40 años no se ordenaba ningún sacerdote salido del seminario San Basilio Magno-, el abandono de los campos, el amancebamiento por las leyes que no permitía el matrimonio interracial”.

Durante su labor pastoral, el santo trabajó para reordenar la vida eclesial y combatir las injusticias sociales. Se enfrentó a los europeos que maltrataban a los nativos y preparó una edición de las Leyes de Indias para facilitar su divulgación, ya que estas intentaban suavizar el trato hacia los esclavos. Incluso fue herido por uno de “los esclavistas” y tardó en recuperarse, pero siguió adelante hasta que partió de regreso a España.

Para la oficina de prensa del Arzobispado de Santiago de Cuba, “hoy la situación es otra, pero también difícil por la crisis social y económica que vive nuestra sociedad y que sin lugar a dudas afectan también a la acción evangelizadora y pastoral de la iglesia”.

El santo tiene mucho que enseñar en medio de la crisis de hoy, “pues pese a la difícil situación, Claret no se detuvo, desde el primer día que tomó posesión de la Arquidiócesis como su Pastor, buscó maneras de llegar a todos, no descansó en buscar, proponer y poner en marcha nuevas maneras de evangelizar”, señaló.

El santo no se cansó “de hacer que el Evangelio verdaderamente calara en el corazón de sus ovejas, que moviera a un cambio de vida en lo personal y que eso repercutiera en el cambio de la sociedad. Mucho nos dice, y este es el desafío de hoy, conocer y profundizar en la vida y misión de Claret, y hacer que su mirada y celo pastoral nos den luces para nuestro actuar pastoral hoy”, concluyó.

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