Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Lunes, 24 de mayo de 2021.


Tiempo Litúrgico: Ordinario II - Semana VIII.
   Color del día: Blanco.  

Memoria obligatoria:

Memoria libre:

Primera Lectura
Del libro del Génesis (3, 9-15. 20)
Madre de todos los vivientes.

Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó: "¿Dónde estás?" Este le respondió: "Oí tus pasos en el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo, y me escondí". Entonces le dijo Dios: "¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?"

Respondió Adán: "La mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol y comí". El Señor Dios dijo a la mujer: "¿Por qué has hecho esto?" Repuso la mujer: "La serpiente me engañó y comí".

Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: "Porque has hecho esto, serás maldita entre todos los animales y entre todas las bestias salvajes. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón".

El hombre le puso a su mujer el nombre de "Eva", porque ella fue la madre de todos los vivientes.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Cuando leemos el pasaje de la caída de nuestros primeros padres en el paraíso nos podríamos preguntar: ¿Será posible no pecar? ¿Hubiera sido posible que Adán y Eva no pecaran y que la historia hubiera sido distinta? La respuesta es: sí.

Y para probarnos que el hombre puede ser totalmente fiel y obediente a Dios el Señor, en su infinita bondad, creó una creatura como Eva. La creó totalmente humana y sin pecado, con el fin de mostrarle al mundo que es posible; que el pecado es un accidente en la vida del hombre que puede ser evitado.

María es el modelo del hombre, del ser humano creado en perfección, es la imagen que reproduce el pensamiento de Dios y que hace entender que Dios no nos creó malos; que el mal y la destrucción entran en la vida del hombre por el pecado.

Por ello, cuando contemplamos el misterio de María, se revela ante nuestros ojos el proyecto de Dios cuando dijo: "Hagamos al hombre... y Dios lo creó a su imagen y semejanza, y al final vio Dios lo que había creado y vio que era MUY BUENO".

Celebrar hoy a María en esta solemnidad es una invitación de Dios para cada uno de nosotros a vivir lejos del pecado y a buscar en todo momento hacer su voluntad. María nos muestra con su vida que esto es posible. No por nuestros méritos, sino por la gracia, el poder y el amor de Dios.

Salmo responsorial
(Sal 86, 1-2.3 y 5. 6-7)
R/ De ti, Jerusalén, ciudad del Señor,
se dirán maravillas.
  • Jerusalén gloriosa, el Señor ha puesto en ti su pueblo. Tú eres más querida para Dios que todos los santuarios de Israel. R.
  • Di ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. Y de ti, Jerusalén, afirmarán; "Todos los pueblos han nacido en ti y el Altísimo es tu fortaleza". R.
  • El Señor registrará en el libro de la vida a cada pueblo, convertido en ciudadano tuyo;  y todos los pueblos te cantarán, bailando: "Tú eres la fuente de nuestra salvación": R.

Evangelio
† Del santo Evangelio
según san Juan (19, 25-37)
Ahí está tu hijo. - Ahí está tu madre.

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena.

Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed». Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Como era el día de la preparación de la Pascua, para que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día muy solemne, los judíos pidieron a Pilato, que les quebraran las piernas y que los quitaran de la cruz.

Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían sido crucificado con Jesús. Pero al llegar a ÉL, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua.

Reflexión sobre el Evangelio

Juan en este texto asegura haber visto el costado de Nuestro Señor abierto y salir de ÉL sangre y agua. Sabemos que lo que él vio fue mucho más que una herida en un cuerpo humano; lo que el apóstol vio fue al amor mismo traspasado por nuestros pecados. Jamás nadie podrá imaginar lo que Jesús nos amó.

Su amor fue más grande que lo que el mismo cielo le ofrecía, fue más grande que todos nuestros pecados; su amor no tuvo límites, como dirá el mismo apóstol escribiendo más tarde su evangelio, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo los amó hasta el extremo. Sus últimas gotas de amor fueron recogidas por el discípulo amado y por su Santísima Madre quienes las atesoraron y ahora nos invitan a tomarlas en nuestras manos.

Por ti y por mí derramó esa sangre, y ahora esta sangre se ha convertido en vereda y la herida de su costado en puerta para introducirnos en su perfecto amor. Su corazón no es otra cosa que su amor. Ese amor infinito por ti y por mí. Siéntelo, experiméntalo.

La más grande tragedia que puede sufrir un hombre en esta tierra es no experimentar este amor, no sentirse amado por el corazón de Jesús, por su delicado y prefecto amor. Déjate el día de hoy amar por ÉL, te aseguro que tu vida nunca más volverá a ser igual.

Oración

Madre María, me acojo a tu gloriosa intercesión, lleva mis súplicas ante tu Hijo Jesús que se goza en escuchar tu deliciosa y constante oración por nosotros. Te pido también que sigas siendo para mí el modelo hecho según el designio de mi Padre celestial.

Acción

En honor a María hoy rezaré el rosario.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro.

Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis Ciclo B – 2021, Conferencia Episcopal de Costa Rica