Tiempo Litúrgico: Ordinario III - Semana XXIX.
Color del día: Verde.
Memoria libre: San Pablo de la Cruz, presbítero y fundador.
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los romanos
(5, 12. 15. 17-19. 20-21)
Si por el delito de un solo hombre reinó la
muerte, ¡con cuánta más razón los que reciben
la gracia reinarán en la vida por Jesucristo!
Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
Ahora bien, el don de Dios supera con mucho al delito. Pues si por el delito de un solo hombre todos fueron castigados con la muerte, por el don de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos la abundancia de la vida y la gracia de Dios.
En efecto, si por el pecado de un solo hombre estableció la muerte su reinado, con mucha mayor razón reinarán en la vida por un solo hombre, Jesucristo, aquellos que reciben la gracia sobreabundante que los hace justos.
En resumen, así como por el pecado de un solo hombre, Adán, vino la condenación para todos, así por la justicia de un solo hombre, Jesucristo, ha venido para todos la justificación que da la vida. Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron hechos pecadores, así por la obediencia de uno solo, todos serán hechos justos.
De modo que, donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, para que así como el pecado tuvo poder para causar la muerte, así también la gracia de Dios, al justificarnos, tenga poder para conducirnos a la vida eterna por medio de Jesús, nuestro Señor.
Reflexión sobre la Primera Lectura
En medio de la abundancia de material que nos proporciona esta carta para nuestra reflexión, centremos nuestra atención en el hecho de la potencia de la gracia, no solo para justificarnos y darnos así la gracia para caminar de acuerdo a la Voluntad Dios, sino para sanar las heridas que deja el pecado.
San Pablo nos dice en este pasaje que "donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia" y con ello nos invita a reflexionar sobre el poder sanante del amor de Dios.
Esto es fundamental para nosotros pues, ¿quién puede decir que no ha pecado? Todos, como el mismo san Pablo ya lo dijo, pero ahí donde el pecado lastima nuestra vida interior, la gracia y el amor de Dios se derraman como un bálsamo que alivia y consuela.
De manera que el sacramento de la Reconciliación, no únicamente perdona nuestros pecados, sino que es el instrumento por medio del cual, la misericordia de Dios se vierte en nuestro corazón y lo sana, dando paz y consuelo.
Si piensas que en tu vida ha sobreabundado el pecado y que ya no puedes más, acude pronto a la gracia del sacramento del amor de Dios y reconcíliate; experimentarás una paz profunda como nunca.
Salmo responsorial
(Sal 39, 7-8a. 8b-9. 10. 17)
R/ Concédenos, Señor, hacer tu voluntad.
- Sacrificios y ofrendas, Señor, tú no quisiste; abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”. R.
- En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R.
- He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R.
- Que se gocen en ti y que se alegren todos los que te buscan. Cuantos quieren de ti la salvación, repiten sin cesar: “¡Qué grande es Dios!” R.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (12, 35-38)
Dichosos aquellos a quienes su señor,
al llegar, encuentren en vela.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque.
Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos”.
Reflexión sobre el Evangelio
En diferentes ocasiones hemos escuchado rumores sobre el fin del mundo. Esto con frecuencia produce inquietud y desasosiego en muchos cristianos, lo cual nos lleva a perder la paz y la libertad que Dios nos regala.
Todos estos rumores solo buscan confundirnos. Hoy hemos escuchado que el regreso de Cristo, y con ello el fin del mundo, es algo que llegará de sorpresa. Por ello es necesario vivir preparados.
Quien vive en gracia y de acuerdo al Evangelio no está preocupado de cuándo o a qué hora llegará; sabe que cuando llegue será el día más feliz de su vida pues verá a su Señor tal como es y así, su amor y su felicidad, serán colmados. No nos dejemos engañar, y vivamos siempre listos, en la alegría y la paz de Dios.
Oración
Señor, ahora comprendo que por mi desobediencia entra el pecado a mi vida y con ello, la oscuridad y la intranquilidad, pero por el don de Dios, Jesucristo y su misericordia, es que puedo yo acercarme arrepentido al Sacramento de la Reconciliación que me introduce nuevamente en la vida de la gracia y puedo vivir en paz.
Acción
Cada noche, antes de acostarme, haré un examen de conciencia que me ayude reconocer las cosas que me alejan de Dios.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro.
Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis Ciclo B – 2021, Conferencia Episcopal de Costa Rica