CECOR: A la Vida Consagrada presente en Costa Rica, al Pueblo de Dios en general


Conferencia Episcopal de Costa Rica. 28 de enero de 2022
Por Mons. Bartolomé Buigues Oller, Obispo Diócesis de Alajuela

La vida consagrada, en camino sinodal

2 de febrero del 2022
Fiesta de la Presentación del Señor en el templo

Estimados hermanas y hermanos todos.

La Jornada de la Vida Consagrada nos convoca de nuevo en la alegría y el agradecimiento por la belleza de nuestra vocación consagrada, recibida como don inmerecido. Nos invita a compartir con la Iglesia la riqueza de la que somos depositarios, puesto que, con ella caminamos y servimos a su edificación con nuestros diversos carismas.

Desde la inspiración de la presentación de Cristo al templo, que sale al encuentro de su pueblo para acompañar e iluminar su caminar; en el actual contexto sociocultural, marcado todavía por la pandemia, el Señor despierta en nosotros una nueva conciencia eclesial. Los consagrados queremos responder a la invitación de la Iglesia, del querido Papa Francisco, a vivir la comunión, la sinodalidad. Ya San Juan Pablo II nos decía en Vita Consecrata 46:

Se pide a las personas consagradas que sean verdaderamente expertas en comunión… desarrollen una espiritualidad de comunión, un modo de pensar, decir y obrar, que hace crecer la Iglesia en hondura y en extensión. En los fundadores y fundadoras aparece siempre vivo el sentido de la Iglesia, que se manifiesta en su plena participación en la vida eclesial. Con la riqueza de sus carismas, las personas consagradas brindan una específica aportación a la Iglesia para que ésta profundice cada vez más en su propio ser

El misterio de la Iglesia Comunión se manifiesta, expresa y realiza en la sinodalidad. Es la conciencia de ser iglesia, pueblo de Dios en camino, una de sus dimensiones constitutivas. Se vive como una experiencia eclesial, como el modo de ser y de actuar cotidiano de la Iglesia. Es el estilo peculiar que califica su vida y su misión, caminar juntos, reunirse en asamblea del

Es el estilo peculiar que califica su vida y su misión, caminar juntos, reunirse en asamblea del Pueblo de Dios convocado por el Señor, con la fuerza del Espíritu Santo para anunciar el Evangelio.


El fundamento de la sinodalidad brota de la común consagración bautismal que nos introduce en la vida nueva, en la comunión eclesial y nos hace partícipes de la misión de Cristo. Promovemos, por tanto, en la iglesia la capacidad de escuchar, dialogar, discernir e integrar la multiplicidad y la variedad de las instancias y de los aportes. Vivimos la fraternidad tejiendo nuevas relaciones desde la cultura del encuentro. Articulamos la diversidad de tal manera que pueda surgir armonía o sinfonía, integración de todos.

Caminamos juntos todos los que seguimos a Cristo, pastores, consagrados, fieles en general. Todos somos actores, corresponsables de la vida y de la misión eclesial, cada uno según sus cualidades y los servicios que presta. Nos encontramos en un nuevo contexto eclesial, descubriendo nuevas posibilidades en este caminar juntos, en un fecundo intercambio de dones. Un ámbito privilegiado de comunión y sinodalidad son las Familias Carismáticas, en donde religiosos y laicos caminamos juntos desde los respectivos estados de vida.

Forjemos una vida consagrada inserta totalmente en la vida eclesial participando plenamente con los demás cristianos, como comunidad de consagrados en un pueblo de consagrados. Nuestra vocación adquiere su belleza y especificidad en relación y continuidad con las demás vocaciones eclesiales. Institucionalizamos espacios de encuentro y comunión, órganos y estructuras de participación, para pensar y actuar sinodalmente.

Promover la sinodalidad comporta una dinámica de conversión personal y comunitaria, un replanteamiento global de nuestra vida y misión en esta clave sinodal. Ya llevamos un camino, pero hay que empezar a dar pasos que nos abran a una mayor conciencia y disposición. Hagamos de nuestras presencias espacios para el encuentro y la comunión, verdaderos hogares abiertos a todos.

Nos felicitamos, hermanas y hermanos consagrados en esta, nuestra Jornada eclesial. Participemos de esta alegría en los encuentros y celebraciones que tendremos en nuestras respectivas diócesis. Cristo que vino a caminar permanentemente con nosotros en el ámbito familiar junto a María y José inspire nuestro caminar sinodal en la Iglesia.
  • Fray Bartolomé Buigues Oller T.C.
  • Comisión Nacional para la Vida Consagrada


Fuentes: