Tiempo Litúrgico: Ordinario - Semana XV.
Color del día: Blanco.
Memoria obligatoria: Nuestra Señora del Carmen.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Miqueas (2, 1-5)
Codician los campos y usurpan las casas.
¡Ay de aquellos que planean injusticias, que traman el mal durante la noche y al despuntar la mañana, lo ejecutan, porque son gente poderosa!
Codician los campos y los roban, codician las casas y las usurpan, violando todos los derechos arruinan al hombre y lo despojan de su herencia.
Por eso dice el Señor: “Estoy planeando contra esta gente una serie de calamidades de las que no podrán escapar. Entonces ya no caminarán con altivez, porque será un tiempo de desgracias. Aquel día, la gente se burlará de ellos y les cantará un triste canto: Nos han despojado de todo y se han repartido nuestra tierras; se han apoderado de nuestra herencia y no hay quien nos la devuelva”.
Por eso dice el Señor: “Cuando la asamblea del pueblo distribuya nuevamente las tierras, no habrá parte para ellos”.
Salmo responsorial
(Sal 9, 22-23. 24-25. 28-29. 35)
R/ Señor, no te olvides de los pobres.
- ¿Por qué te quedas lejos, Señor, y te escondes en el momento de la angustia? La soberbia del malvado oprime al pobre. ¡Que se enrede en las intrigas que ha tramado! R.
- El malvado presume de su ambición y el avaro maldice al Señor. El malvado dice con insolencia que no hay Dios que le pida cuentas. R.
- Su boca está llena de engaños y fraudes, su lengua esconde maldad y opresión; se agazapa junto a la casa del inocente para matarlo a escondidas. R.
- Pero tu, Señor, ves las penas y los trabajos tú los miras y los tomas en tus manos; el pobre se encomienda a ti, tú eres el socorro del huérfano. R.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (12, 14-21)
Les mandó que no lo publicaran, para que
se cumplieran las palabras del profeta.
En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea, hasta que haga triunfar la justicia sobre la tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza.
Reflexión sobre el Evangelio
Se palpa en el ambiente
Por Comentarista 3 | sábado, 16 julio 2022 | Comentario a las Lecturas | Archidiócesis de Madrid
Es algo parecido a lo que sucede con un reloj de arena al que le damos la vuelta y vemos cómo empieza a caer la arena lentamente mientras el aire que había dentro sube ocupando su lugar. Ha llegado su fin.
Se puede decir que hoy en el evangelio vemos ese momento en el que sucede algo parecido en la vida de Jesús; por un lado, los fariseos y sus enemigos que estudian la manera de acabar con él, toman la decisión de quitárselo de encima y por otro lado, simultáneamente todo el pueblo acude a él buscando encontrar la salvación y la paz. Es un contraste extraordinario: el rechazo radical de las clases dirigentes y la adhesión absoluta del pueblo sencillo.
Así Jesús cumple la vocación del profeta, ésta que estaba descrita en el cántico del siervo de Yahveh: “Mirad a mi siervo a quien sostengo, mi elegido alguien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu”. Es el mesías, elegido de Dios en sentido literal y ha recibido esta unción para anunciar la buena noticia a los pobres, para llevar a los oprimidos la liberación, para llevar a los que tienen los corazones destrozados la misericordia y la ternura de Dios.
Y no le frena en esta misión ni siquiera el saber que a cada paso y a cada segundo él mismo se está cavando poco a poco su propia tumba. Porque su amor por nosotros, su compasión por el pueblo querido que su padre le ha señalado es muy superior al temor de ser rechazado y de que le arranquen esta vida mortal sus enemigos.
Hoy que celebramos en casi todos los lugares del mundo de la memoria de la bienaventurada virgen María en la advocación del monte Carmelo; nos reconocemos como esta multitud necesitada y acudimos a Maria con la certeza de que ella como madre y maestra nos acogerá también como hijos y discípulos en su casa. Ella es refugio de pescadores auxilio a los cristianos salud de los enfermos, es decir poderosa intercesora en favor nuestro ante su hijo Jesús.
Le pedimos a ella que nos lleve a Jesús su hijo, el mesías esperado por los hombres, para alcanzar de su corazón la misericordia y la salvación que anhelamos.
Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2021-2022, Conferencia Episcopal de Costa Rica