Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Viernes, 16 de setiembre de 2022.


Tiempo Litúrgico: Ordinario - Semana XXIV.
   Color del día: Rojo.  

Memoria obligatoria:

Primera Lectura
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los
corintios (15, 12-20)
Si Cristo no resucitó, vana es la fe de ustedes.

Hermanos: Si hemos predicado que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes andan diciendo que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, nuestra predicación es vana, y la fe de ustedes es vana.

Seríamos, además, falsos testigos de Dios, puesto que hemos afirmado falsamente que Dios resucitó a Cristo: porque, si fuera cierto que los muertos no resucitan, Dios no habría resucitado a Cristo. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.

Y si Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes; y por tanto, aún viven ustedes en pecado, y los que murieron en Cristo, perecieron. Si nuestra esperanza en Cristo se redujera tan sólo a las cosas de esta vida, seríamos los más infelices de todos los hombres. Pero no es así, porque Cristo resucitó, y resucitó como la primicia de todos los muertos.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Dios nos ha dado la presencia de su Espíritu para que podamos vivir esta vida con alegría, con paz y con gozo, pero también nos ha prometido que "ahí donde ÉL está también estaremos un día nosotros con Él". Esta es la esperanza que alienta nuestra vida: poder participar un día, por toda la eternidad con ÉL. Por ello, como dirá san Pablo, para el cristiano la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.

Santa Teresa de Ávila, que había entendido bien la vida que le esperaba, decía: "Muero porque no muero, y tan alta vida espero, que muero porque no muero". Nuestra vida en la tierra, fundada en Cristo y vivida en el poder del Espíritu, es la experiencia más fabulosa que el hombre pueda tener, pero aún así, lo que Dios tiene preparado para los que le aman: "Ni ojo vio, ni oído escuchó".

La prueba definitiva de la fidelidad de Cristo a sus promesas, la tenemos en María Santísima, la cual, siendo de naturaleza humana como todos nosotros, Dios, habiendo terminado María el curso de su existencia en la tierra, fue elevada al cielo; con ello nos mostró lo que será de nuestra vida si, como ella, sabemos ser fieles y vivir nuestra vida en Cristo.

Hermano, vive tu vida en el gozo del Espíritu y deja que la hermana muerte, sea la puerta que un día, te conduzca a los brazos amorosos del Padre.

Salmo responsorial
(Sal 16, 1. 6-7. 8b y 15)
R/ Atiéndeme, Dios mío, 
y escucha mi oración.
  • Señor, hazme justicia y a mi clamor atiende; presta oído a mi súplica, pues mis labios no mienten. R.
  • A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras; muéstrame los prodigios de tu misericordia, pues a quien acude a ti, de sus contrarios salvas. R.
  • Protégeme, Señor, como a las niñas de tus ojos, bajo la sombra de tus alas escóndeme, pues yo, por serte fiel, contemplaré tu rostro y al despertarme, espero saciarme de tu vista. R.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (8, 1-3)
Los acompañaban algunas mujeres,
que los ayudaban con sus propios bienes.

En aquel tiempo, Jesús comenzó a recorrer ciudades y poblados predicando la buena nueva del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que habían sido libradas de espíritus malignos y curadas de varias enfermedades.

Entre ellas iban María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, el administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que los ayudaban con sus propios bienes.

Reflexión sobre el Evangelio

Otra de las características del Evangelio de san Lucas es la mención de muchas mujeres. El mundo de Jesús no fue un mundo "machista". Dejaba que las mujeres participaran con ÉL también del ministerio; cada uno con diferentes roles, pero una misma misión: la construcción del Reino.

Es importante destacar en este pasaje que san Lucas pone junto a los apóstoles a las mujeres. Cada vez más la Iglesia revaloriza el papel de la mujer en el mundo. Según el Génesis, Dios creó al hombre (ser humano): hombre y mujer. De esta manera nos manifiesta que ninguno es más que el otro.

Sin embargo, los creó diferentes en todo, a fin de que se complementaran y ésta es la belleza de la pareja humana. ¿Cuál es la idea que tienes sobre la pareja cristiana? Independientemente de tu sexo, ¿estás realmente contribuyendo a la construcción el Reino?

Oración

Jesús, anhelo llegar eternamente a tu presencia, yo también muero porque no muero, pero tengo total convicción de que aquí me tienes porque puedo servirte en algo, y eso me da una dicha inmensa; úsame como mejor te parezca, Señor, y luego, cuando lo juzgues conveniente, llévame contigo a gozar de la bienaventuranza eterna; llévame a tus pies, para vivir abrazado a ti por toda la eternidad.

Acción

Hoy pensaré en qué cosas tendría pendientes de hacer si hoy muriera y tomaré cartas en el asunto, pues nadie sabe ni el día ni la hora.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro.

Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa.
Verificado en:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2021-2022, Conferencia Episcopal de Costa Rica.