“Repensar el turismo”: Mensaje del Vaticano para este Día Mundial del Turismo

Peregrinación de los jóvenes en el Año Santo Compostelano

27 septiembre 2022, 13:24
Vatican News

➤➤ El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral publicó su Mensaje con motivo del Día Mundial del Turismo, que se celebra cada año el 27 de septiembre. En el texto se analizan las perspectivas que serán objeto de mayor reflexión durante el VIII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo, que se celebrará en Santiago de Compostela, del 5 al 8 de octubre en el marco del Año Santo Compostelano, bajo el tema: “Turismo y Peregrinación: Caminos de Esperanza”.

El Cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, firma el Mensaje hecho público hoy con motivo del Día Mundial del Turismo, que se celebra cada 27 de septiembre y que este año está dedicado al tema: “Repensar el turismo”.

En el texto se pone de manifiesto, ante todo, la crisis sanitaria, que comenzó a finales de 2019 y que aún no ha terminado, lo que obligó a todos a hacer frente a problemas que vienen de lejos planteado, además, otros nuevos e inesperados.

Tras afirmar que “el turismo ha sido una de las actividades humanas más gravemente afectadas por esta crisis, sin embargo, paradójicamente, puede convertirse ahora en uno de los motores de la reconstrucción de un mundo más justo, sostenible e integral”, se lee en el Mensaje:

“La Iglesia, por tanto, tiene la mirada puesta también en el renacimiento y la renovación del turismo, una mirada llena de esperanza”

Un turismo más justo

De la reanudación del turismo, se destaca una referencia a los principios que han inspirado el Código Ético Mundial para el Turismo, que concibe esta actividad, entre otras cosas, como “una fuerza viva al servicio de la paz y un factor de amistad y comprensión entre los pueblos”, “un factor de desarrollo sostenible”, “un factor de aprovechamiento y enriquecimiento del patrimonio cultural de la humanidad”, “una actividad beneficiosa para los países y las comunidades de destino”.

Asimismo, se pone de manifiesto el respeto de “los derechos laborales de quienes trabajan en el sector, a todos los niveles y en todos los países”, “respetando plenamente los derechos fundamentales y la dignidad de las personas”.

“Justicia, significa también repartir los beneficios de forma equitativa, superando una lógica depredadora, sobre todo en lo que respecta a las poblaciones y zonas geográficas especialmente afectadas por las múltiples crisis que afligen al mundo contemporáneo”

Además, se expresa la cercanía de la Iglesia “a todos los operadores del sector turístico que ya actúan movidos por una conciencia recta y han construido, no sólo su profesión sino su propia vida en torno a la acogida”.

“Sin embargo, una vez más hay que denunciar que muchos operan en condiciones de precariedad y, a veces, de ilegalidad, con salarios injustos, obligados a un duro trabajo, a menudo lejos de la familia, con alto riesgo de estrés y sometidos a las reglas de una competitividad agresiva”

De ahí que se pida a los cristianos “que formen alianzas con todas las mujeres y hombres de buena voluntad, porque esto debe cambiar”.

Un turismo más sostenible

Por otra parte, se pone de manifiesto que “volver a empezar significa también no olvidar que el impacto que el turismo tiene sobre el medio ambiente es muy importante”. De hecho, a causa de “la pandemia y a la actual crisis energética, se ha hecho más evidente la conveniencia de apostar, ante todo, por el turismo de proximidad: saber mirar a nuestro alrededor, reconocer y apreciar los tesoros del patrimonio, la gastronomía, el folclore e incluso la espiritualidad que las regiones vecinas tienen para compartir”.

“Hoy día, las políticas locales pueden replantearse profundamente, en términos de hospitalidad y calidad de vida para los habitantes históricos, los recién llegados y los vecinos más inmediatos”

También a escala mundial, “los flujos de mercancías, los desplazamientos de personas con fines turísticos y los ritmos de consumo deben, sin duda, recalibrarse, en la dirección de una relación correcta entre el ser humano y la creación”. “Por otra parte, el cambio climático, en una perspectiva a medio plazo, puede afectar negativamente al atractivo de numerosos destinos tradicionales, con el riesgo de penalizar aún más, también desde este punto de vista, a regiones ya de por sí económicamente frágiles”.

“Así pues, la protección de la biodiversidad y el estupor ante las maravillas de la creación deben coexistir en el turismo repensado”

Un turismo integral

En el mensaje para este Día mundial se recuerda que “el turismo ofrece enormes posibilidades para que el espíritu humano y el Espíritu de Dios interactúen, activando un encuentro entre las diversidades”. No se olvida aludir al sistema de producción, e incluso al sector turístico industrial, que avanza rápidamente” hacia la estandarización de los contenidos, sobre todo a través de la contingentación de los tiempos de visita, de viaje, de estancia, dando lugar así a una experiencia más individualista y menos colectiva”. De ahí que:

“Un turismo que se vuelve a poner en marcha, necesita tener presente la visión integral de la persona, que, tal y como destaca el Papa Francisco, no es una teoría, sino una forma de vivir y actuar”

Por esta razón se afirma que “esta visión no se encuentra en un manual, sino en las personas que viven con este estilo: con los ojos abiertos al mundo, con las manos entrelazadas con otras manos, con el corazón sensible a las debilidades de sus hermanos”.

En definitiva, en el mensaje se afirma que “el turismo también está llamado a abrazar la perspectiva de la ecología integral”. Y “la acogida turística” debe convertirse “en una forma de transformar los espacios cívicos, el ambiente social y urbano, en la valorización de las identidades en el justo equilibrio entre la conservación de las raíces y la oferta de servicios”.

Un turismo para cultivar la esperanza

Por último, se reafirma que “la Iglesia católica tiene especial interés en promover esta visión renovada del turismo, desde la perspectiva del desarrollo humano integral”. También se pone de manifiesto que “el proceso sinodal, que se está viviendo en todo el mundo, desde las comunidades más periféricas hasta los más importantes centros de decisión, representa una metodología de escucha y de participación, que también puede aportar a la sociedad civil y a las organizaciones económicas una mayor capacidad de composición de intereses y puntos de vista contrapuestos”.

Y se añade, al final que “estas perspectivas serán objeto de mayor reflexión durante los trabajos del VIII Congreso Mundial de Pastoral del Turismo, que se celebrará en Santiago de Compostela, del 5 al 8 de octubre de 2022”. El lema del congreso, que se enmarca en el Año Santo Compostelano, es: “Turismo y Peregrinación: Caminos de Esperanza”.

Retomando las palabras del Papa Francisco, en el mensaje se anima a todos a “mantener encendida la llama de la esperanza” y a “hacer todo lo posible para que cada uno recupere la fuerza y la certeza de mirar al futuro con mente abierta, corazón confiado y amplitud de miras”.

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