Lecturas de la Misa del día y su reflexión. Sábado, 29 de octubre de 2022.


Tiempo Litúrgico: Ordinario - Semana XXX.
   Color del día: Verde.  

Memoria libre:

Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los filipenses (1, 18-26)
Para mí, la vida es Cristo; y la muerte, una ganancia.

Hermanos: El hecho de que se predique a Cristo me alegra y me seguirá alegrando, porque sé que esto será para mi bien, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo. Pues tengo la firme esperanza de que no seré defraudado y, ahora como siempre, estoy plenamente seguro de que, ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte, Cristo será glorificado en mí.

Porque para mí, la vida es Cristo; y la muerte, una ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar todavía con fruto, no sabría yo qué elegir. Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes.

Convencido de esto, sé que me quedaré y los seguiré ayudando a todos ustedes para que progresen gozosos en la fe. Así tendrán en mí, cuando me encuentre de nuevo entre ustedes, un motivo de gran alegría en Cristo Jesús.

Salmo responsorial
(Sal 41, 2. 3. 5bcd)
R/ Mi alma te busca a ti, Dios mío.
  • Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. R.
  • Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo? R.
  • Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos, alabanzas a Dios. R.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (14, 1. 7-11)
El que se engrandece a sí mismo, será humillado;
y el que se humilla, será engrandecido.
 
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola:

“Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento.

Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate a la cabecera’. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”.

Reflexión sobre el Evangelio

Parece ser un mal en el corazón del hombre el deseo de grandeza; mal que padecemos desde la misma creación y que sería la causa del pecado original.

En aquellos albores de la humanidad el Tentador le dijo a Eva: “Serán como dioses”, y esta propuesta sedujo a Eva hasta el punto de desobedecer a Dios. Esta propuesta se nos hace continuamente y por ello muchas veces nos sentimos “superior a cualquiera”, y creemos que todo lo merecemos y que los demás están precisamente para servirnos. Lo malo es que, por más que seamos importantes, buenos, serviciales, etc., siempre habrá uno más que nosotros.

La humildad es una de las virtudes que producen más satisfacciones interiores; es además el antídoto contra la soberbia que siempre es fuente y nutrimento para otros pecados. Siempre debemos dejar que sea Dios mismo quien nos honre y no tomar la honra por nuestra cuenta.

María Santísima es grande, precisamente porque se presentó como la “humilde sierva” y es desde ahí donde Dios la levantó hasta convertirla en modelo y arquetipo de la Iglesia, por lo que con gran acierto profetizó ella como dice en su hermoso cántico: “Desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada”.

Dios la ha puesto en un pedestal; así también Dios hace con los que, como ella, se humillan ante Dios y reconocen su necesidad de salvación, de perdón, de Dios. No es fácil, pero si trabajamos en la humildad, poco a poco irá saliendo de nosotros de manera natural, pero hay que iniciar ¡ya!

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro.

Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa.
Verificado en:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2021-2022, Conferencia Episcopal de Costa Rica.