Tiempo Litúrgico: Navidad - Semana I.
Color del día: Rojo.
Segundo día de la Octava de Navidad.
Fiesta: San Esteban, protomártir.
Primera Lectura
Lectura del libro de los Hechos de
los Apóstoles (6, 8-10; 7, 54-59)
Estoy viendo los cielos abiertos.
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales entre la gente.
Algunos judíos de la sinagoga llamada “de los Libertos”, procedentes de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría inspirada con que hablaba.
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios, y dijo: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”.
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Después se puso de rodillas y dijo con fuerte voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”. Diciendo esto, se durmió en el Señor.
Reflexión sobre la Primera Lectura
La fiesta de san Esteban nos recuerda que la vida cristiana está llamada, con la llegada del Salvador, a ir acompañada de un testimonio que puede terminar con el derramamiento de la sangre. Esteban declara delante de los judíos su pertenencia a Cristo y con gran valor, afronta el ser propiedad de Cristo.
Hoy en nuestra Iglesia falta que los bautizados tomen en serio su papel delante de la sociedad y se decidan a dar testimonio, a hablar de aquello que se opone al evangelio, que asuman completamente el compromiso de ser testigos del Evangelio de luz en un mundo lleno de oscuridad.
Si nuestra Iglesia no avanza y sigue siendo una Iglesia tibia y vulnerable es porque tenemos miedo de presentarnos, como san Estaban, descarada y radicalmente cristianos.
Ya es tiempo de despertar y plantarnos delante de todo aquello que no es evangélico y sin importar personas, lugar, posición, representar, como san Esteban, dignamente a nuestro Señor Jesucristo. No tengamos miedo de ser y presentarnos como cristianos, la recompensa bien vale la pena.
Salmo responsorial
(Sal 30, 3cd-4. 6 y 8ab. 16bc y 17)
R/ En tus manos, Señor,
encomiendo mi espíritu.
- Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme y guíame. R.
- En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. Tu misericordia me llenará de alegría, porque has visto las angustias de mi alma. R.
- Líbrame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame por tu misericordia. R.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (10, 17-22)
No serán ustedes los que hablarán,
sino el Espíritu de su Padre.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos.
Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin se salvará”.
Reflexión sobre el Evangelio
Decía el Padre De Lubac: "Si la vida del cristiano transcurre sin persecución, es porque en ella no está presente la vida de su Maestro; el cristiano siempre será un hombre contestado".
Si bien es cierto que no todo el tiempo la Iglesia, incluso el mismo Maestro, fue perseguido, sí debemos reconocer que la persecución en todos los tiempos ha sido el signo infalible de la autenticidad de la vida evangélica, es de alguna manera la firma que Dios pone en el cristiano. Esto es lógico, pues los criterios del Evangelio se oponen en muchas ocasiones a los del mundo.
Vivir de acuerdo con el Evangelio nos pondrá, tarde o temprano, en contraposición con los criterios egoístas y utilitarios del mundo. Es bonito celebrar la Navidad, día de gozo y alegría, sin embargo, no debemos perder de vista que al final del camino estará la cruz.
Oración
Señor, lléname de tu Espíritu Santo y transfórmame en un verdadero siervo tuyo; yo me comprometo a no callar nunca lo que aprendo de ti, hoy te digo que en cada oportunidad diré con claridad, no importa con quien esté, como aquel ciego: "Yo soy testigo del poder de Dios".
Acción
Hoy aprovecharé la oportunidad que se presente y con cada persona que hable, le mencionaré a Dios.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro.
Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa.
Verificado en:
Ordo Temporis, Ciclo A, 2022-2023, Conferencia Episcopal de Costa Rica.