El Papa Francisco muestra el Evangelio durante un Domingo de Pascua. Foto: Vatican Media
Tiempo Litúrgico: Ordinario - Semana III.
Color del día: Verde.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Isaías (8, 23—9, 3)
Los que andaban en tinieblas
vieron una gran luz.
En otro tiempo el Señor humilló al país de Zabulón y al país de Neftalí; pero en el futuro llenará de gloria el camino del mar, más allá del Jordán, en la región de los paganos.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció.
Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín. Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que oprimía sus hombros y el cetro de su tirano, como en el día de Madián.
Salmo responsorial
(Sal 26, 1. 4. 13-14)
R/ El Señor es mi luz y mi salvación.
- El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R.
- Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R.
- La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R.
Segunda Lectura
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los
corintios (1, 10-13. 17)
Que no haya divisiones entre ustedes.
Hermanos: Los exhorto, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que todos vivan en concordia y no haya divisiones entre ustedes, a que estén perfectamente unidos en un mismo sentir y en un mismo pensar.
Me he enterado, hermanos, por algunos servidores de Cloe, de que hay discordia entre ustedes. Les digo esto, porque cada uno de ustedes ha tomado partido, diciendo: “Yo soy de Pablo”, “Yo soy de Apolo”, “Yo soy de Pedro”, “Yo soy de Cristo”. ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O han sido bautizados ustedes en nombre de Pablo?
Por lo demás, no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio, y eso, no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (4, 12-23)
Fue a Cafarnaúm y se cumplió la profesía de Isaías.
Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías: Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”.
Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron.
Andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Reflexión sobre las Lecturas
“Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos”
Celebramos hoy un domingo marcado por tres acentos: Domingo de la Palabra, Semana de oración por la unidad de los cristianos, llamada de Jesús a la conversión y al seguimiento.
“Establezco que el III Domingo del tiempo ordinario esté dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios”. Son palabras del papa Francisco en una carta apostólica que firmó el 30 de septiembre de 2019. También decía: “Urge la necesidad de tener familiaridad e intimidad con la Sagrada Escritura y con el Resucitado, que no cesa de partir la Palabra y el Pan en la comunidad de los creyentes (…) Escuchar la Sagrada Escritura para practicar la misericordia: este es un gran desafío para nuestras vidas”.
La Semana de oración por la unidad de los cristianos se celebra cada año entre el 18 y el 25 de enero. En la segunda lectura de hoy san Pablo pide a los corintios: «Hermanos: Os ruego en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir». Su ruego mantiene hoy toda su vigencia.
La llamada a la conversión fue palabra común en los profetas. Hoy la escuchamos con la razón de ser que el mismo Jesús le da: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Nadie se convierte por imposición sino por invitación. Y la invitación procede del Espíritu de Jesús, el mismo que nos mueve a “escuchar la Sagrada Escritura para practicar la misericordia”, que es en definitiva la mejor conversión y la mejor manera de seguir a Jesús.
Fray José Antonio Fernández de Quevedo
Real Convento de Santo Domingo (Almería, España)
Oración universal de los fieles
La Palabra de Dios nos ha mostrado que el Padre nos auxilia en nuestro camino hacia la unidad y la salvación. Invoquémoslo, diciendo:
R/ Dios de bondad, sálvanos por tu palabra.
- Que, al meditar la Palabra, la Iglesia encuentre unidad, refugio y fortaleza. R.
- Que nuestros gobernantes se aparten de la tentación de la violencia física e ideológica. R.
- Que los que sufren injusticia encuentren en Dios su consuelo y justicia. R.
- Que nuestros agrucultores sean socialmente valorados y apoyados. R.
- Que los aquí reunidos seamos testigos en el mundo de la alegría propia de quienes viven en Dios. R.
Escucha, Señor, nuestras súplicas y ven siempre en nuestro auxilio, para que la escucha de tu Palabra produzca frutos de salvación en todos nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Adaptado de:
La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa, Frailes Dominicos España.
Verificado en:
Ordo Temporis, Ciclo A, 2022-2023, Conferencia Episcopal de Costa Rica.