Rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia. Oración para ser misericordiosos. Requisitos para obtener indulgencia plenaria

Imagen de Jesús de la Divina Misericordia. Crédito: Facebook Catedral de Maracaibo

15 de abril de 2023 | ACI Prensa

Así es el rezo de la Coronilla de la Divina Misericordia que Jesús enseñó a Santa Faustina

La Iglesia católica reconoce la devoción de la Coronilla dirigida a Jesús de la Divina Misericordia. Sin embargo, muchos no conocen su origen ni cómo rezarla.

Fue el propio Jesús quien en 1935, en una de sus apariciones a Santa Faustina Kowalska, le explicó qué oraciones se deben recitar.

Cristo se dirigió entonces a Santa Faustina y le indicó que la “oración es para aplacar mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, del siguiente modo: primero rezarás una vez el Padre Nuestro y el Ave María y el Credo”.

“Después, en las cuentas correspondientes al Padre Nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”, continuó.

“En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”.

Generalmente, la Coronilla se concluye con la oración escrita en el diario de Santa Faustina Kowalsaka que dice: “Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en ti confío”.

Con la difusión de la devoción al Señor de la Divina Misericordia, son muchos los fieles que rezan esta coronilla todos los días a las tres de la tarde, la “hora de la misericordia”, en recuerdo de la hora de la muerte del Señor.

Quienes rezan esta oración lo hacen confiados en la promesa de Cristo: “A las almas que recen esta Coronilla, mi misericordia las envolverá en la vida y especialmente a la hora de la muerte”.

En otra ocasión, la Divina Misericordia dijo a Santa Faustina: “Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta Coronilla”.

“Escribe: cuando recen esta Coronilla junto a los moribundos, me pondré entre el Padre y el alma agonizante, no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso”, dijo Jesús.


Santa Faustina Kowalska junto al Señor de la Divina Misericordia. Crédito: Vatican News

14 de abril de 2023
Por Abel Camasca | ACI Prensa

La oración escrita por Santa Faustina Kowalska para ser misericordiosos

La Iglesia Católica celebra la fiesta de la Divina Misericordia el 16 de abril, segundo domingo de Pascua, por un pedido del mismo Jesús a Santa Faustina Kowalska. Esta santa también compuso una oración personal que puede ayudar a los católicos a crecer en misericordia.

Santa Faustina escribió en su diario sobre la importancia de la oración y solía decir que a través de esta práctica “el alma se arma para enfrentar cualquier batalla”. En este sentido, explicó que todos debían rezar, ya sea para mantenerse en la fe o para crecer espiritualmente, porque “toda gracia fluye por medio de la oración” (Diario, 146).

“El alma debe ser fiel a la oración, a pesar de las tribulaciones y la aridez y las tentaciones, porque de tal plegaria en gran medida depende a veces la realización de los grandes proyectos de Dios” (Diario, 872), enfatizó.

Este diálogo con Dios es tan relevante que la religiosa incluso indicó que el mismo Jesús la impulsaba a escribir oraciones e himnos sobre su misericordia.

Una de esas hermosas plegarias aparece en el numeral 163 de su diario, donde Santa Faustina ofrece una oración personal para ser misericordioso y en la que pide una transformación integral de todo su ser.

Además, el texto hace referencia a los diferentes sentidos y partes del ser humano, implorando que cada uno sea orientado hacia el bien del prójimo con misericordia.

Oración para ser misericordioso

“Oh Señor, deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti. Que este supremo atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón al prójimo.

Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.

Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos.

Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargue sobre mí las tareas más difíciles y más penosas.

Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. (...)

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo (...)

Que Tu misericordia, oh Señor mío, repose dentro de mí”.


Señor de la Divina Misericordia. Crédito: ACI Prensa

14 de abril de 2023
Por Abel Camasca | ACI Prensa

Requisitos para obtener indulgencia plenaria este Domingo de la Misericordia

En el segundo domingo de Pascua, la Iglesia Católica celebra también el Domingo de la Divina Misericordia, donde el fiel puede obtener una indulgencia plenaria para sí mismo o para alguien que falleció. Aquí los requisitos para alcanzar este don.

En sus apariciones a Santa Faustina Kowalska, Cristo, bajo la devoción del Señor de la Divina Misericordia, aseguró varias gracias a los que se acogieran a su misericordia.

“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores… El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas… Que ninguna alma tema acercarse a mí, aunque sus pecados sean como escarlata”, dijo el Señor en una de sus apariciones a la santa polaca.

En junio de 2002, San Juan Pablo II instituyó oficialmente la indulgencia plenaria para esta fiesta que se celebra el segundo Domingo de Pascua.

Para ello publicó el “decreto sobre las indulgencias recibidas en la Fiesta de la Divina Misericordia”, un don que también puede alcanzar a los enfermos y los navegantes en altamar. Este año tendrá lugar el 16 de abril.

La indulgencia plenaria se concede al fiel que participe en actos de piedad realizados en honor de la Divina Misericordia, con las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.

Fuentes: