Mensaje CECOR-CONAPAF con ocasión de la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores


22 de julio de 2023
Por Lisandra Chaves Leiva
Comunicación Conferencia Episcopal de Costa Rica

“Su misericordia de extiende de generación en generación” (Lc 1,50).

Inspirado en este versículo bíblico el Papa Francisco llama a toda a la Iglesia a celebrar la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores. Este año el Papa siente especialmente providencial la cercanía de esta jornada con la Jornada Mundial de la Juventud ya que nos permite seguir haciendo una onda reflexión sobre la importancia para la Iglesia y la sociedad sobre el encuentro entre generaciones.

Este encuentro está marcado de manera especial en el vínculo entre los jóvenes y los ancianos, de algún modo dibujado en el encuentro hermoso entre la joven María madre de Jesús y la anciana Isabel madre de Juan el Bautista. Este vínculo generacional es de vital importancia tanto para los jóvenes como para los ancianos, en efecto afirma el Papa Francisco en su mensaje para esta III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores:

“La amistad con una persona anciana ayuda al joven a no reducir la vida al presente y a recordar que no todo depende de sus capacidades. Para los más ancianos, en cambio, la presencia de un joven les da esperanza de que todo lo que han vivido no se perderá y que sus sueños pueden realizarse.”[1].

En Costa Rica la población de personas adultas mayores, entre ellas muchos abuelos y abuelas, tiende a crecer considerablemente. Esto se debe principalmente a tres factores demográficos en nuestro país: una considerable baja en la tasa de nacimientos (la más baja en América), la baja tasa de mortalidad y una elevada esperanza de vida al nacer.

Aunque la presencia de tantas personas adultas mayores, abuelos y abuelas, en una Nación lejos de ser considerado un problema debe asumirse como una riqueza, sí constatamos con mucho dolor que una buena parte de esta población sufren debido a una mala salud, a la precariedad económica y, lo más lamentable, por víctimas del abandono o violencia doméstica de parte de sus “seres queridos”[2].

Cabe recordar una vez más el mensaje del Papa Francisco para esta jornada cuando nos invita a realizar “un gesto concreto para abrazar a los abuelos y a los ancianos. No los dejemos solos, su presencia en las familias y en las comunidades es valiosa, nos da la conciencia de compartir la misma herencia y de formar parte de un pueblo en el que se conservan las raíces”[3].

Los invitamos a utilizar y reflexionar con los diferentes subsidios que el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida han envido para la celebración de la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores; de algún modo estos instrumentos de evangelización nos ayudaran a convencernos de que a nuestros hermanos mayores “tanto la Iglesia como la sociedad los necesita.

Honrémoslos, no nos privemos de su compañía y no los privemos de la nuestra; no permitamos que sean descartados”[4]

Que San Joaquín y Santa Ana, abuelitos del Niño Jesús, intercedan ante su Nieto Divino para que nunca falte a los más jóvenes las palabras sabias de sus abuelos; y para los abuelos y personas mayores siempre cuenten con la compañía y la ternura de su familia especialmente cuando lleguen a la ancianidad y no se puedan valer por sí mismos.

Mons. Manuel Eugenio Salazar Mora
Obispo de la Diócesis de Tilarán-Liberia
Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar

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[1] Papa Francisco. Mensaje para la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores 2023
[2] https://www.ucr.ac.cr/noticias/2023/6/23/
[3] Papa Francisco. Mensaje para la III Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores 2023
[4] Idem

Fuente: