Sede de las Naciones Unidas en Nueva York (AFP or licensors)
17 julio 2023
Lisa Zengarini | Vatican News
➤➤ Monseñor Robert Murphy, Observador Permanente Adjunto y Encargado de Negocios de la Misión de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, interviene en el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible afirmando que los modelos de desarrollo deben promover el desarrollo humano integral, además de los retos económicos o financieros.
La Santa Sede ha instado a la comunidad internacional a renovar su compromiso de apoyar a los países en situaciones especiales y garantizar que se atiendan sus necesidades y prioridades específicas de desarrollo, dentro del marco del Foro Político de Alto Nivel para el Desarrollo Sostenible que está teniendo lugar del 10 de julio al 19 de julio.
Erradicación de la pobreza
En su intervención en una mesa redonda sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU para 2030 en África, los Países Menos Adelantados (PMA) y los Países en Desarrollo sin Litoral (PDSL), Monseñor Robert Murphy, Observador Permanente Adjunto y Encargado de Negocios de la Misión de la Santa Sede en Nueva York, reiteró que cualquier política o programa que realmente pretenda apoyar a los países en situaciones especiales "debe poner a la persona humana en el centro".
Esto -dijo- significa promover un modelo de desarrollo "que no se centre simplemente en abordar los retos económicos o financieros a los que se enfrentan los países en situaciones especiales, sino que avance en el desarrollo humano integral".
En este sentido, continuó, "la erradicación de la pobreza sigue siendo el reto más urgente que la comunidad internacional debe abordar colectivamente" para garantizar que todas las mujeres, hombres y niños puedan desarrollar su pleno potencial y participar en la sociedad.
Comercio justo
En la lucha contra la pobreza, el comercio desempeña un papel importante, ya que puede favorecer el crecimiento económico. Sin embargo, Monseñor Murphy señaló que "el comercio sólo puede llamarse justo cuando se ajusta a las exigencias de la justicia social", y las relaciones económicas internacionales se basan en "criterios éticos, especialmente la búsqueda del bien común y el destino universal de los bienes".
“El criterio último con el que deben medirse todos los aspectos del desarrollo y la ayuda internacionales es el respeto de la dignidad inherente a toda persona y la promoción del bien común de todos”
Respetar los valores de cada cultura
Para concluir, el representante del Vaticano reafirmó que es esencial que la comunidad internacional impulse medidas de desarrollo que permitan a cada país en situación especial desarrollar su capacidad de innovación "respetando los valores de su cultura propia".
En particular, subrayó que la prestación de ayuda internacional "nunca debe utilizarse para imponer formas de colonización ideológica o para vincular la prestación de ayuda económica a la aceptación de tales ideologías".
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