23 de diciembre de 2023
Por Redacción Central | ACI Prensa
El sábado es tradicionalmente el día de la semana dedicado a la Virgen María. Con ese ánimo, compartimos esta Oración mariana para el sábado anterior a Navidad, cuyo propósito es realzar de manera particular los sucesos acontecidos la víspera del día en que nació Jesús; esas horas difíciles en las que San José y Santa María no hallaban posada, es decir, un lugar digno donde pasar la noche y que albergue al niño por nacer.
Con esta oración, queremos darle gracias a nuestra Madre, porque ella lo dio todo por Jesús, el Reconciliador de la humanidad. Pidámosle a Ella, que por su maternal intercesión, el Salvador también nazca en nuestros corazones.
Para rezar esta oración de forma apropiada, la familia o la comunidad orante debe reunirse en un lugar apropiado, en torno a una imagen de la Virgen María (puede ser la del pesebre o Belén que hay en casa).
Es muy importante revisar y conocer el texto de esta oración previamente, de manera que no se susciten confusiones entre los participantes. Las indicaciones siempre aparecen en letras cursivas y no se deben leer en voz alta.
Nota aclaratoria sobre los últimos días de Adviento:
Este año 2023, el sábado anterior a Navidad es el 23 de diciembre, día propicio para esta Oración Mariana. Al día siguiente (24) hasta el mediodía se celebrará el Cuarto Domingo de Adviento. Ya entrada la noche la Iglesia ha de celebrar la Nochebuena, víspera de la Natividad (25 de diciembre).
Esta cercanía entre las celebraciones mencionadas suelen suceder cada cierta cantidad de años y no constituyen ni algo inesperado, ni algo problemático.
A continuación la Oración Mariana para el sábado anterior a Navidad
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
LECTOR:
Al dar gracias a Dios por haber enviado a su Hijo al mundo, debemos también agradecer a la Virgen María. Ella respondió con un "sí" rotundo a la invitación de Dios comunicada por el ángel. Con su “sí”, María se convirtió en Madre de Dios y Madre nuestra por obra del Espíritu Santo. Por su “sí”, en la noche oscura de Belén, Dios Padre "irradió sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor".
Démosle gracias, pues, a la Virgen María, por haber hecho posible que podamos alcanzar la reconciliación; y pidámosle que nuestros corazones estén siempre dispuestos a acogerla como madre y a Jesús como su Divino Hijo.
TODOS:
- Gracias por ser Santa María.
- Gracias por haberte abierto a la gracia, y a la escucha de la Palabra, desde siempre.
- Gracias por haber acogido, en tu seno purísimo, a quien es la Vida y el Amor.
- Gracias por haber mantenido tu "Hágase" a través de todos los acontecimientos de tu vida.
- Gracias por tus ejemplos dignos de ser acogidos y vividos.
- Gracias por tu sencillez, por tu docilidad, por esa magnífica sobriedad, por tu capacidad de escucha, por tu reverencia, por tu fidelidad, por tu magnanimidad, y por todas aquellas virtudes que rivalizan en belleza entre sí y que Dios nos permite atisbar en Ti.
- Gracias por tu mirada maternal, por tus intercesiones, tu ternura, tus auxilios y orientaciones.
- Gracias por tantas bondades.
- En fin, gracias por ser Santa María, Madre del Señor Jesús y nuestra. Amén.
LECTOR:
Invoquemos al Señor Jesús, reconciliador del mundo, acudiendo confiados a la intercesión de su Santa Madre. Respondamos todos a cada invocación:
R. Que tu Santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
- Sálvanos, Señor, por tu anunciación y encarnación, R.
- Sálvanos, Señor, por tu nacimiento en Belén, R.
- Sálvanos, Señor, por tu presentación en el templo, R.
- Sálvanos, Señor, por tu santo bautismo, R.
- Sálvanos, Señor, por tu pasión y tu cruz, R.
- Sálvanos, Señor, por tu muerte y sepultura, R.
- Sálvanos, Señor, por tu santa resurrección, R.
- Sálvanos, Señor, por tu gloriosa ascensión, R.
- Sálvanos, Señor, por tu don del Espíritu Santo, R.
- Sálvanos, Señor, cuando vengas en la gloria, R.
LECTOR:
(Es sugerible repartir las peticiones entre los asistentes)
Ahora, a nuestras peticiones responderemos todos:
R. Que interceda por ellos tu Santa Madre.
- Concede al Santo Padre, el Papa Francisco, y a nuestro Arzobispo (se dice el nombre del arzobispo u obispo local) vida y salud, y renuévalos en su ministerio y en su santidad de vida. R.
- Ilumina las mentes de los gobernantes en la búsqueda del bien común, de la paz y la reconciliación. R.
- Ilumina las mentes y corazones de los poderosos y cesen las guerras en el mundo. R.
- Escucha el llanto de los que sufren, la oración de los perseguidos a causa de su fe, la invocación de las víctimas inocentes. R.
- Guía a la conversión a cuantos se han alejado de ti. R.
- Muestra la luz de tu rostro a cuantos te buscan con sinceridad de corazón. R.
- Ayúdanos Madre nuestra a que nuestro hogar sea como el de Nazaret, un cenáculo de comunión en el amor. R.
- Por las vocaciones al sacerdocio y la vida consagrada. Envía, Señor, obreros a tu mies. R.
- Que cada cristiano se esfuerce por hacer crecer su fe y que tu Santo Espíritu guarde para siempre la santa doctrina de la Iglesia. R.
TODOS:
Bajo tu protección nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
oh, Virgen gloriosa y bendita.
LECTOR 2:
Oh, Dios, tú que has manifestado al mundo
entre los brazos de la Virgen Madre a tu Hijo,
gloria de Israel y luz de los pueblos,
haz que en la escuela de María
aprendamos a adherirnos al Señor Jesús
y reconozcamos en Él al único Salvador
del mundo, ayer, hoy y siempre.
Él vive y reina por los siglos. Amén.
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fuente: