Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Jueves, 6 de febrero de 2025.


Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana IV.
   Color del día: Rojo.  


Antífona de entrada
CF. Ap 7, 14, Dan 3, 95

Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado sus vestiduras en la sangre del Cordero, Por Dios entregaron sus cuerpos al suplicio y merecieron poseer la corona eterna.

Oración colecta

Oh, Dios, fortaleza de todos los santos, que te has dignado llamar a la vida eterna, por medio de la cruz, a los santos mártires Pablo Miki y compañeros, concédenos, por su intercesión, mantener con vigor, hasta la muerte, la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Vosotros os habéis acercado al
monte Sión, ciudad del Dios vivo

Lectura de la carta
a los Hebreos 12, 18-19. 21-24

Hermanos:

No os habéis acercado a un fuego tangible y encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni al estruendo de las palabras, oído el cual, ellos rogaron que no continuase hablando.

Y tan terrible era el espectáculo, que Moisés exclamó: «Estoy temblando de miedo».

Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a las miríadas de ángeles, a la asamblea festiva de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos; a las almas de los justos que han llegado a la perfección y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel.

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Por desgracia, muchos de nuestros hermanos tienen la idea de un Dios al cual hay que temerle. Es frecuente escuchar expresiones como: "No hagas eso pues Dios te va a castigar", o: "Ya ves, eso te pasó porque Dios te castigó". Esto hace ver las enfermedades, y las situaciones dolorosas como un castigo de Dios, lo cual es totalmente falso.

Se nos ha olvidado que el Dios revelado por Cristo es un Padre lleno de amor, que tanto nos ha amado que envió a su propio Hijo a morir por nosotros a fin de lograr que nuestra vida pueda llegar a la plenitud.

Nuestro Dios es un Dios que está pronto para perdonar y que es lento para castigar. El autor de la Carta nos lo recuerda, al decirnos que nos hemos acercado a Cristo, el consumador de nuestra paz y que ha restablecido la armonía entre Dios y nosotros, que nuestro Dios ya no es llamado "El Sabaot" o "El Shadai", sino que es y debe ser llamado: Papá. Acércate con confianza a Dios, y deja que Él te muestre la riqueza de su amor.

Salmo responsorial
Sal 47, 2.3-4. 9. 10-11

R. Oh, Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo.
  • Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, su monte santo, altura hermosa, alegría de toda la tierra. R.
  • El monte Sión, confín del cielo ciudad del gran rey; entre sus palacios, Dios descuella como un alcázar. R.
  • Lo que habíamos oído lo hemos visto en la ciudad del Señor del universo, en la ciudad de nuestro Dios: que Dios la ha fundado para siempre. R.
  • Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu nombre, oh Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra. Tu diestra está llena de justicia. R.

Aclamación antes del Evangelio
Mc 1, 15

R. Aleluya, aleluya, aleluya

Está cerca el reino de Dios; convertíos y creed en el Evangelio. R.

EVANGELIO
Los fue enviando

Lectura del santo Evangelio 
según san Marcos 6, 7-13

En aquel tiempo, Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.

Y decía: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, en testimonio contra ellos».

Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

Palabra del Señor

Reflexión sobre el Evangelio

El pasaje evangélico de hoy nos invita a reflexionar en nuestra participación a la extensión del Reino y en cómo ésta, en sí misma, trae la recompensa y el bienestar para aquellos que la realizan. Lamentablemente, hoy en día, pocos hermanos dedican algo de su tiempo para la evangelización y por ello la vida evangélica no se desarrolla en nuestras comunidades.

Podríamos pensar que no tenemos los recursos necesarios para hacerlo, sin embargo hoy Jesús, al invitar a sus discípulos a que no llevaran nada para el camino, nos hace ver que Dios mismo proveerá, no solo las necesidades materiales de los evangelizadores, sino incluso de todo aquello que hiciera falta para que el anuncio llegue a tocar los corazones.

Lo único que requiere es nuestra disposición y generosidad con nuestro tiempo. Escucha hoy con atención el llamado y el envío que Dios te hace a ti personalmente a participar en la conversión de tu casa, de tu oficina, de tu barrio, de tu propio ambiente. Trata y verás que no es difícil hablar del amor y la misericordia de Dios.

Antífona de comunión
Cf. Lc 12, 4

A vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que os persiguen.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

Señor, alimentados con el pan del cielo y formando en Cristo un solo cuerpo, te pedimos que no nos apartemos nunca de su amor y, a ejemplo de tus santos mártires Pablo Miki y compañeros, por aquel que nos amó, logremos superar con valentía cualquier dificultad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración

Padre lleno de amor, que nos manifiestas tu compasión en la donación de tu amado Hijo Jesucristo para que él sea quien nos guíe hasta ti para ser merecedores del cielo y poder gozar eternamente de tu bondad, danos tu Espíritu Santo para que él nos dé la luz que nos muestre como podemos agradarte en cada una de nuestra acciones de cada día.

Acción

Hoy comunicaré a quienes convive conmigo la gran misericordia con que Dios me ha tratado a lo largo de mi vida.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).