Tiempo Litúrgico: Cuaresma. Semana I.
Color del día: Morado.
Memoria libre: Santa Eufrasia, virgen y monja.
Antífona de entrada
Sal 5, 2-2
Señor, escucha mis palabras, atiende a mis gemidos, haz caso mis gritos de auxilio, Rey mío y Dios mío.
Oración colecta
Concédenos, Señor, la gracias de conocer siempre lo que es recto y practicarlo con diligencia, para que vivamos siempre según tu voluntad los que si ti no podemos ni siquiera existir. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
No tengo más defensor que tú.
Lectura del libro de Ester 4, 17k. l-z
En aquellos días, la reina Ester, presa de un temor mortal, se refugió en el Señor
Y se postró en tierra con sus doncellas desde la mañana a la tarde, diciendo: «¡Bendito seas, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob! Ven en mi ayuda, que estoy sola y no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acecha un gran peligro.
Yo he escuchado en los libros de mis antepasados, Señor, que tú libras siempre a los que cumplen tu voluntad. Ahora, Señor, Dios mío, ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie fuera de ti. Ahora, ven en mi ayuda, pues estoy huérfana, y pon en mis labios una palabra oportuna delante del león, y hazme grata a sus ojos.
Cambia su corazón para que aborrezca al que nos ataca, para su ruina y la de cuantos están de acuerdo con él.
Líbranos de la mano de nuestros enemigos, cambia nuestro luto en gozo y nuestros sufrimientos en salvación».
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
La Cuaresma nos cuestiona acerca de nuestro crecimiento y madurez en la fe. Y es que la mayoría de nosotros decimos que somos hombres y mujeres de fe, sin embargo, sólo cuando la crisis cala profundo es cuando realmente podemos saber hasta dónde ha madurado en nosotros la fe.
Nuestro texto nos muestra a una mujer cuya fe es de total confianza y abandono. Es el relato de alguien que ha oído que el Dios de sus padres es un Dios poderoso que no abandona a su pueblo en situaciones difíciles.
Ahora es el momento de experimentarlo, pero para ello tiene que confiar ciegamente en que sólo él la puede ayudar. Podríamos decir que la fe es como una cuenta en el banco, de la cual podremos depender en el momento de la necesidad.
Por ello, aunque parezca que todos tus actos de piedad, tus oraciones y sacrificios, las horas ante el Santísimo, la meditación diaria de la Escritura han quedado estériles, piensa que sólo has hecho una inversión que en el momento de la crisis se transformará en gracia y luz para tu vida, que te ayudarán a superar todos los obstáculos.
Ponerse en las manos de Dios también es un ejercicio que requiere práctica y la Cuaresma se presenta como un espacio ideal para desarrollarla.
Salmo responsorial
Sal 137, 1bcd-2a. 2bcd y 3. 7c-8
R. Cuando te invoqué,
me escuchaste, Señor.
- Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste las palabras de mi boca; delante de los ángeles tañeré para ti; me postraré hacia tu santuario. R.
- Daré gracias a tu nombre, por tu misericordia y tu lealtad; porque tu promesa supera tu fama. Cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R.
- Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R.
Aclamación antes del Evangelio
Sal 50, 12a. 14a
R. Gloria y alabanza a ti, Cristo.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro; y devuélveme la alegría de tu salvación. R.
EVANGELIO
Todo el que pide recibe.
Lectura del santo Evangelio
según san Mateo 7, 7-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los profetas».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
Lo mínimo que se nos puede exigir es, como nos lo dice hoy Jesús, tratar a los demás como nosotros quisiéramos que ellos nos trataran.
Es, sin embargo, triste que muchas veces ni siquiera hayamos llegado a este nivel de caridad y respeto para los hermanos, para la gente que nos rodea. Nos encontramos con frecuencia con faltas de respeto, con injusticias, incluso con agresiones que nosotros no seríamos capaces de tolerar en nuestras personas.
La cuaresma, nos invita a reflexionar en nuestra vida diaria, en el trato y relación que tenemos con los que convivimos, para descubrir nuestras imperfecciones, sobre todo en la caridad, a fin de modificar nuestro comportamiento, y de esta manera poder llegar a ser buenos, misericordiosos y compasivos como nuestro Padre celestial.
Hazte consciente por este día de tu trato con los demás y busca en todo, tratarlos con generosidad, amor, cortesía, como seguramente te gustaría que ellos lo hicieran contigo y, si puedes, dales un poquito más, pues en esto te reconocerán como verdadero cristiano.
Antífona de comunión
Mat 7, 8
Todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Señor, Dios nuestro, haz de estos santos misterios que nos entregaste como prenda de nuestra salvación, auxilio en el presente y para el futuro. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, te pido que me concedas la grandeza de fe que nos ha enseñado Ester en este pasaje, para que así pueda, con valentía y confianza, dirigirme a ti en todo momento, aun en la soledad y en el peligro, a sabiendas de que por tu amor siempre recibiré de ti consuelo, compañía y fortaleza.
Acción
Hoy haré una visita al Santísimo y le dedicaré unos momentos al Señor para adorarlo por su infinita grandeza y bondad.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).
.jpg)