Mons. José Rafael Quirós Quirós, Arzobispo Metropolitano de San José
31 de mayo de 2025
Por Soporte Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR)
"Al celebrarse la Semana de la Educación Religiosa cabe preguntar: ¿Cuál es la identidad de la asignatura? ¿Cuál es su naturaleza desde el derecho humano de los progenitores? ¿Cuál el aporte para construir una sociedad más justa y equitativa que fomente la dignidad humana?".
Compartimos el mensaje del arzobispo de San José, Mons. José Rafael Quirós, con motivo de la inauguración de la XII Semana de la Educación Religiosa en el Gimnasio del Liceo de Escazú, el pasado 30 de mayo.
Mi especial saludo a los docentes, estudiantes, autoridades educativas y a todos los presentes:
Me alegra unirme esta mañana a los actos de inauguración de la XII Semana de la Educación Religiosa. En esta ocasión bajo el lema: “Educación Religiosa: una asignatura para la esperanza”.
Podemos considerar que la Educación Religiosa, a la luz de la Ley Fundamental de Educación, abre una puerta de esperanza cuando indica que la Escuela costarricense procurará: “La afirmación de una vida familiar digna, según las tradiciones cristianas, y de los valores cívicos propios de una democracia” (Art. 3 inc. c).
En Costa Rica aproximadamente el 83 % de la población se profesa cristiano en las distintas denominaciones, orando al único Dios, guiándose por la Palabra de Dios escrita, escuchando al Trascendente y construyendo un proyecto de vida que integra valores cristianos, principalmente el amor a Dios, al prójimo, a la creación y a sí mismo.
La asignatura de Educación Religiosa, como vaso comunicante con la familia, fomenta procesos educativos para la vivencia de la fe. Puesto que, los procesos de educación religiosa escolarizados deben ser conforme a la fe de los progenitores. Esa es la confianza que los padres de familia tienen cuando envían a sus hijos e hijas a recibir las lecciones de Educación Religiosa. Por eso, la asignatura no puede verse reducida solamente a valores y principios, sino que mantiene una dimensión trascendente.
Al celebrarse la Semana de la Educación Religiosa cabe preguntar: ¿Cuál es la identidad de la asignatura? ¿Cuál es su naturaleza desde el derecho humano de los progenitores? ¿Cuál el aporte para construir una sociedad más justa y equitativa que fomente la dignidad humana?
Tal como lo resolvió la Sentencia 2023/2010 de la Sala Constitucional, queda claro que la razón de ser de la asignatura de Educación Religiosa es cumplir con el derecho humano de los padres, madres y tutores legales de los estudiantes, para que sus hijos reciban una educación religiosa y moral según sus convicciones.
Si lo entendemos así, la asignatura no es un privilegio de ninguna iglesia o religión, sino un derecho humano de los progenitores, donde el Estado realiza un papel subsidiario de la familia. De ahí, el rediseño de la asignatura de Educación Religiosa mandada por la Sala Constitucional, asegurando una primera etapa confesional y una segunda etapa ecuménica.
El Código de Derecho Canónico establece en el canon 793 § 2: “También los padres tienen el derecho a que la sociedad civil les proporcione las ayudas que necesiten para procurar a sus hijos una educación católica”. De ahí que, la primera etapa confesional ha de ejecutarse conforme a lo indicado por la Sala Constitucional.
Será en la segunda etapa que los procesos educativos apunten a resaltar el enfoque ecuménico; porque difícilmente, un estudiante de primaria podrá establecer un diálogo interreligioso y ecuménico si desconoce su propia identidad religiosa. Ciertamente es loable suscitar en los procesos de aprendizaje, la tolerancia, el respeto, la paz y la sana convivencia entre quienes profesan credos distintos.
La Educación Religiosa no es una asignatura más en el currículo escolar; es una dimensión crucial para la formación integral de las nuevas generaciones. A través de ella, se inculcan valores que son indispensables para nuestra sociedad: la honestidad, el respeto por la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, el amor al prójimo como dinamismo constructivo de una sociedad auténticamente humana y con valores espirituales. Estos valores son la respuesta a los desafíos que enfrentamos como nación.
Con motivo de este encuentro para iniciar la Semana de la Educación Religiosa, deseo agradecer particularmente el trabajo abnegado, profesional, con mística y testimonio de amor de los docentes de Educación Religiosa, que siembran la esperanza en los corazones y las mentes de sus estudiantes. Mi especial reconocimiento a las autoridades de los centros educativos, que cumplen con lo establecido administrativamente, abriendo espacios.
Que el Maestro de Galilea, Jesús el Señor, continúe enseñando y alimentando el camino de la verdad y la vida. Desde Él proclamar el derecho humano a una educación de calidad para todos.
Feliz Semana de la Educación Religiosa. No se cansen de educar para hacer siempre el bien.
✞ Mons. José Rafael Quirós Quirós
Arzobispo Metropolitano de San José
Fuentes:
- Comunicación, Conferencia Episcopal de Costa Rica en Facebook
- https://www.iglesiacr.org/mensaje-del-arzobispo-xii-semana-de-la-educacion-religiosa-2025/?fbclid=IwY2xjawKrzgZleHRuA2FlbQIxMQBicmlkETF2N3VVS29Yd2phb1N5R2R0AR7TKGKAfvEHUWdQSRuo4x1bqeYj1aDuYALQd2j1QYMEd_nfwxXgdGDYLnguBA_aem_qT-kP3MS68Mw_Y-K_m2cag
