Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Viernes, 10 de octubre de 2025.


Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana XXVII - Feria.
   Color del día: Verde.  


Antífona de entrada

Dios, protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu casa es más valioso, que mil días en cualquier otra parte.

Oración colecta

Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amándote en todo y sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
El Día del Señor,
día de oscuridad y negrura

Lectura de la profecía de
Joel 1, 13-15; 2, 1-2

Vestíos de luto, haced duelo, sacerdotes, gritad, servidores del altar.

Venid y pasad la noche en sacos, servidores de Dios, pues no hay en el templo de vuestro Dios ofrenda y libación.

Proclamad un ayuno santo, convocad la asamblea, reunid a los jefes, a todos los habitantes del país en la casa de vuestro Dios y llamad a gritos al Señor.

¡Ay del día!

Se acerca el Día del Señor, llega como ruina arrolladora.

Tocad la trompeta en Sión, gritad en mi monte santo, se estremecen todos los habitantes del país, pues llega el Día del Señor.

Sí, se acerca, día de oscuridad y negrura, día de niebla y oscuridad, como el alba sobre los montes, avanza un gentío innumerable, poderoso como nunca la hubo ni lo habrá tras él por generaciones.

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

El profeta Joel es testigo de la devastación y la desolación e invita al pueblo a regresar al Señor; a retomar las prácticas penitenciales, que en otro tiempo se consideraron vacías y sin sentido.

Todas las calamidades que vive el pueblo de Dios son una invitación constante a llevar una vida religiosa, una vida apegada a la Palabra y con un fuerte aspecto penitencial y disciplinario para no caer en el pecado y apartarse de Dios.

Estas prácticas, que incluso hoy en día se tienen muy devaluadas dentro de la praxis de nuestra Iglesia, continúan siendo, como en el tiempo de Joel, las herramientas espirituales que evitan que la desolación y la muerte caigan sobre nosotros. Sin embargo, poco o nulo caso hacemos de ello.

El mismo Jesús, la noche que fue traicionado, les decía a sus discípulos: "Velen y oren para que no caigan en la tentación". Es triste ver cómo, tanto la práctica de la oración como la de la penitencia se han ido extinguiendo en la Iglesia. Es raro que la gente de hoy haga penitencia, hasta en los días marcados por la Iglesia no falta quien busca escaparse de ella.

Y luego nos preguntamos ¿por qué hay tanta violencia, por qué matan y secuestran a nuestros familiares y amigos, por qué hay tantos problemas sociales en el pueblo de Dios? La respuesta es simple: hemos abandonado al Señor.

Por eso las palabras de Joel deben resonar con toda su fuerza hoy en nuestros corazones: "Hagan penitencia y lloren, giman, vengan, acuéstense en el suelo vestidos de sayal".

Salmo responsorial
Sal 9, 2-3. 6 y 16. 8-9

R. El Señor juzgará el orbe con justicia.
  • Te doy gracias, Señor, de todo corazón, proclamando todas tus maravillas; me alegro y exulto contigo, y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo. R.
  • Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío y borraste para siempre su apellido. Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron, su pie quedó prendido en la red que escondieron. R.
  • Dios está sentado por siempre en el trono que ha colocado para juzgar. Él juzgará el orbe con justicia y regirá las naciones con rectitud. R.

Aclamación antes del Evangelio
Jn 12, 31b-32

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera – dice el Señor -. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. R.

EVANGELIO
Si yo echo los demonios con el
dedo de Dios, es que el Reino
de Dios ha llegado a vosotros

Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 11, 15-26

En aquel tiempo, habiendo expulsado Jesús a un demonio, algunos de entre la multitud dijeron: «Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».

Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:

«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. 

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín.

El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, da vueltas por lugares áridos, buscando un sitio para descansar, y, al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí”.

Al volver se la encuentra barrida y arreglada.

Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él, y se mete a vivir allí.

Y el final de aquel hombre resulta peor que el principio».

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

Uno de los mayores triunfos del enemigo sobre nosotros es convencernos de que no existe. La presencia del demonio hoy en día pasa desapercibida y no porque no esté presente, sino porque nosotros nos hemos alejado de Dios y nos hemos vuelto presa fácil para él. 

Basta ver el comportamiento de muchas personas, los actos de corrupción en todos los niveles de nuestra sociedad, la violencia, el contenido de los programas en los medios de comunicación, peleas, conflictos, infidelidades, delincuencia, la ceguera de nuestros políticos y gobernantes en la búsqueda de poder y dinero y la gran exposición y el riesgo que todos tenemos en caer en cualquiera de estos vicios.

Tristemente, vemos cómo mucha gente busca solucionar sus problemas por medios equivocados: esoterismo, limpias, lectura de cartas, tarot, acudir al universo y más cosas como ésas en la búsqueda de respuestas al margen de Dios. 

Algunos acusaban a Jesús de actuar en nombre de Satanás. Ya desde entonces, los hombres y mujeres engañados por el demonio no eran capaces de reconocer la presencia de Dios, que venía a librarnos de la esclavitud del pecado. Y la respuesta de Jesús busca abrirles los ojos, diciendo que un reino dividido no puede subsistir. Al hacer esto, Jesús nos enseña que el poder para vencer el mal y develar la acción del demonio, proviene únicamente de Dios. 

Debemos entender que no hay otro camino que Cristo. No hay término medio o estamos cien por ciento con Él o estamos contra Él. El primer paso es limpiar la casa, identificando esas cosas que no hemos descubierto y que son acciones que dividen y no nos dejan ver la presencia de Dios.

Deshacernos de esas malas acciones, pero ocuparnos inmediatamente de llenar ese espacio vacío con la gracia de Dios, los Sacramentos, la Oración y la Palabra. Si no lo hacemos, estaremos en riesgo de que nuestro corazón esté vulnerable y el enemigo regrese con mayor fuerza. 

Cuando el Señor te da la gracia de limpiar tu corazón, ve un paso adelante y pide al Espíritu Santo que ahora llene ese espacio con amor, verdad y generosidad. Haz de Cristo el Señor de todas las áreas de tu vida, tus relaciones, tus pensamientos, tu trabajo, tus finanzas.

La victoria de Jesús sobre el mal en tu vida es una señal de que ya estás viviendo el Reino de Dios. Eso hace tuyo el poder de Cristo. Sé un testigo que muestre cómo Dios está transformando tu vida y la de los que te aman y viven contigo. 

Antífona de comunión

Con el Señor viene la misericordia, y la abundancia de su redención.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos humildemente, Señor, tu misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración

Señor, vivimos ya en los tiempos en los que se nos ha quitado al Novio, te han dejado fuera del gobierno, las empresas, las escuelas y los hogares; queremos, con la fuerza de tu Espíritu, hacer de ordinario una vida de penitencia.

Acción

Ayunaré un día a la semana.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, Id y Enseñad, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).