Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana XXIX - Feria.
Color del día: Verde.
Memoria libre:
Antífona de entrada
Sal 16, 6. 8
Te invoco, Dios mío, porque tú me respondes; inclina tu oído y escucha mis palabras. Cuídame, Señor, como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre dócil a la tuya y que te sirvamos con un corazón sincero. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
¿Quién me librará
de este cuerpo de muerte?
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los Romanos 7, 18-24
Hermanos:
Sé que lo bueno no habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer está a mi alcance, pero hacer lo bueno, no.
Pues no hago lo bueno que deseo, sino que obro lo malo que no deseo.
Y si lo que no deseo es precisamente lo que hago, no soy yo el que lo realiza, sino el pecado que habita en mí.
Así pues, descubro la siguiente ley: yo quiero hacer lo bueno, pero lo que está a mi alcance es hacer el mal.
En efecto, según el hombre interior, me complazco en la ley de Dios; pero percibo en mis miembros otra ley que lucha contra la ley de mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.
¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
¡Gracias a Dios, por Jesucristo nuestro Señor!
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Pablo, en este pasaje, nos señala que el ser humano está sometido al pecado y a las seducciones del mundo en cuanto a la carne, aunque en su interior es capaz de reconocer, en lo más hondo de su ser, el deseo de cumplir la voluntad o los designios de Dios.
Sin embargo, muchas veces es más fuerte la seducción del pecado, y sobreabunda lo malo sobre lo bueno; por eso dice que en sus miembros hay otra ley que lucha contra la ley de su razón.
Pero no todo es negativo. Por eso se pregunta: ¿quién lo librará de este cuerpo de muerte?, identificando la muerte con el pecado. Él mismo se responde: la fe en Dios, a través de la vida y muerte de su Hijo Jesucristo, que se nos ha ofrecido libremente a todos, es lo que nos permitirá vencer lo malo que habita en nosotros y hacer prevalecer lo bueno que Jesús nos ha transmitido.
¿Permito que lo bueno que Cristo me ha traído habite en mí? ¿Me esfuerzo por vivir siendo testigo del amor del Señor?
ORACIÓN: Señor, que las fuerzas del mal no dominen en mi vida. Amén.
Salmo responsorial
Sal 118, 66. 68. 76. 77. 93. 94
R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.
- Enséñame la bondad, la prudencia y el conocimiento, porque me fío de tus mandatos. R.
- Tú eres bueno y haces el bien; instrúyeme en tus decretos. R.
- Que tu bondad me consuele, según la promesa hecha a tu siervo. R.
- Cuando me alcance tu compasión, viviré, y tu ley será mi delicia. R.
- Jamás olvidaré tus mandatos, pues con ellos me diste vida. R.
- Soy tuyo, sálvame, que yo consulto tus mandatos. R.
Aclamación antes del Evangelio
Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.
EVANGELIO
Sabéis interpretar el aspecto de la
tierra y del cielo, pues ¿cómo no
sabéis interpretar el tiempo presente?
Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 12, 54-59
En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede.
Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?
Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel.
Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
Con un ejemplo tomado de la naturaleza y de la sabiduría popular, Cristo se queja de la poca vista de sus contemporáneos: no ven, o no quieren ver, que han llegado ya los tiempos mesiánicos.
Pero los judíos no tenían vista para "interpretar el tiempo presente" y reconocer en Jesús al Enviado de Dios, a pesar de los signos milagrosos que realizaba. Jesús los llama "hipócritas", porque sí han visto, pero no quieren creer.
Podríamos preguntarnos hoy si tenemos una "visión cristiana" de la historia, de los tiempos, de los grandes hechos de la humanidad y de la Iglesia, viendo en todo un "tiempo de gracia", una ocasión de crecimiento en nuestra fe.
¿Cuál es mi actitud frente a las injusticias y el mal? ¿Interpreto los signos de los tiempos a la luz de la fe?
ORACIÓN: Señor, dame tu gracia para saber interpretar los signos de los tiempos. Amén.
Antífona de comunión
Sal 32, 18-19
Los ojos del Señor están puestos en sus hijos, en los que esperan en su misericordia; para librarlos de la muerte, y reanimarlos en tiempo de hambre.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Te rogamos, Señor, que la frecuente recepción de estos dones celestiales, produzca fruto en nosotros y nos ayude a aprovechar los bienes temporales y alcanzar con sabiduría los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Id y Enseñad, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).
