Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana XXX.
Color del día: Rojo.
Memoria libre: Señor de los Milagros.
Antífona de entrada
Éstos son los santos varones que Dios eligió con amor verdadero y les dio la gloria eterna.
Gloria
Gloria a Dios en el Cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo Tú eres Santo, sólo Tú Señor, sólo Tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén.
Oración colecta
Dios nuestro, que, por medio de los santos Apóstoles nos concediste llegar al conocimiento de tu nombre, concede, bondadoso, por intercesión de los santos Simón y Judas, que tu Iglesia crezca continuamente por el aumento de los pueblos que creen en ti. Por nuestro Señor Jesucristo...
PRIMERA LECTURA
Estáis edificados sobre el
cimiento de los apóstoles
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los Efesios 2, 19-22
Hermanos:
Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios.
Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros entráis con ellos en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Un pequeño fragmento de una de las cartas más nutridas de formación cristiana nos deja ver desde el inicio dos elementos fundamentales de nuestra relación con Dios y de nuestro destino final. Somos "conciudadanos de los santos", es decir, ya vivimos en el cielo; nuestra vida está destinada a ser SANTA.
Por eso no podemos conformarnos con menos pues estamos llamados a vivir eternamente en el cielo, en donde éste, es sólo la prolongación de nuestra vida en la tierra vivida en el amor de Jesús y a través de su Evangelio.
Por otro lado, y quizás de manera aún más importante, resalta el hecho de nuestra filiación divina, pues somos "miembros de la familia de Dios". Cada vez que pienso en esto no puedo salir de mi asombro al pensar que soy hijo de Dios, que Dios es mi padre y que Jesús es mi hermano, que María es mi madre y que en esta familia también yo soy importante.
Qué maravilla saber que nuestro Padre nos ama y ha creado para nosotros todo cuanto existe, que nos lo ha dado como regalo, y que sólo espera la oportunidad de regalarnos su paz y su alegría para que seamos inmensamente felices en este mundo, y un día abrazarnos en el cielo junto con los demás miembros de esta increíble familia.
No desaproveches la oportunidad de fortalecer tus lazos de amor con cada uno de los miembros de la Familia celestial; recuerda que la mejor manera para hacerlo es VIVIR SANTAMENTE.
Salmo responsorial
Sal 18, 2-3. 4-5b
R. A toda la tierra alcanza su pregón.
- El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R
- Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
A ti, oh, Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos: a ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles, Señor. R.
EVANGELIO
Escogió de entre ellos a doce,
a los que también nombró apóstoles
Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 6, 12-19
En aquellos días, tiempo, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Después de bajar con ellos, se paró en una llanura, con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
El Evangelio de hoy nos enseña que antes de tomar cualquier decisión o tarea importante, debemos buscar la guía de Dios, a través de la oración profunda y prolongada. En este pasaje, Jesús nos da un ejemplo claro de cómo y por qué debemos orar.
Antes de elegir a los doce apóstoles, una decisión clave para el futuro de su misión, Jesús se retiró al monte y durante toda la noche se dedicó a orar. Para Él estaba muy claro que todas sus decisiones debían de alinearse a la voluntad de Dios. Jesús nos enseña que la oración, no es un simple ritual o algo que se hace a la ligera, sino que requiere de una conversación íntima con Dios, que debe guiar nuestras decisiones más importantes.
Recordemos que la oración no es para hacer cambiar los planes o las decisiones de Dios, más bien, debe de ayudarnos a nosotros a aceptar lo que Dios quiere; por eso Jesús se toma tanto tiempo, no se trata solo de apartar un espacio en el día, llegar a una iglesia y exponerle a Dios la necesidad y ya, porque la respuesta de Dios regularmente tarda.
Él no tiene prisa, los de la prisa normalmente somos nosotros. Podemos intentar como el amigo insistente y Dios, con toda seguridad, nos va a abrir la puerta. Pero yo pienso que abrir la puerta no significa que la respuesta sea inmediata. Quizá lo que quiere aprovechar Dios es que ya le tocamos la puerta y entonces nos pasa a sentarnos con Él para ponernos a platicar.
Y es que Él se toma su tiempo, no porque no pueda tomar acciones inmediatas, sino para que nosotros tengamos los elementos necesarios para aceptar su voluntad, que en muchas ocasiones, quizá, no va a ser lo que nosotros queremos. El proceso requiere de un tiempo de discernimiento, aceptación, preparación y cambio.
La gracia va actuando y va transformando gradualmente nuestra voluntad para ir emparejándola con la de Dios, porque nuestras decisiones siempre tienen una consecuencia y una misión; es por eso que no se debe tomar a la ligera. Una mala decisión nos podría poner en riesgo a nosotros y a quienes nos rodean.
Al terminar de orar, Jesús eligió a los Doce y les dio autoridad y poder para sanar y expulsar demonios. Esto nos muestra por qué la importancia en la toma de esa decisión. La elección determinaría también el éxito o el fracaso de su misión.
Si aún no lo haces, pon en práctica esta enseñanza tan importante para la vida, dale prioridad a la oración antes de tomar decisiones, las grandes: el cambio de trabajo, el noviazgo, el matrimonio, la vida consagrada, hacer un viaje, hacer una inversión, poner una empresa; como también las pequeñas: cómo reaccionar ante una discusión, un conflicto o qué decir en una reunión.
La oración debe también estar acompañada de la Palabra, ahí podrás escuchar la voz de Dios, los acontecimientos y consejos de los hermanos en la fe son también herramientas que Dios utiliza para manifestarse y, finalmente, procura también estar alimentado de los Sacramentos, estar en gracia. Todo esto te dispone a estar más atento a lo que Dios te quiere decir. Todas estas herramientas te irán dando los elementos para que tengas un adecuado discernimiento.
Dedica un buen tiempo a la oración porque recuerda que el primer objetivo es escuchar qué es lo que Dios te quiere decir y qué cosas debes cambiar para que estés alineado a la voluntad de Dios en tu vida.
Antífona de comunión
Cf. Jn. 14, 23
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice el Señor.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Después de recibir estos sacramentos e impulsados por el Espíritu Santo, te suplicamos humildemente, Señor, que el misterio que hemos celebrado en el martirio de los santos apóstoles Simón y Judas, nos haga perseverar siempre en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Gracias, Jesús, por haber pagado un alto costo para que yo tuviera vida y para incluirme en tu familia, gracias por hacerme tu hermano y convertirme en hijo del Padre del cielo. Sólo te pido tu gracia para vivir y actuar como corresponde a un miembro de tan maravillosa familia. Además, te pido la capacidad de ir añadiendo a más personas a esta grande, divina y eterna familia.
Acción
Sabiendo que un día en el cielo podremos abrazar a cada miembro de la Familia celestial; hoy abrazaré a las más personas posibles, siendo consciente de que ellos también son parte o pueden ser integrantes de esta.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, Id y Enseñad, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).
