Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Martes, 23 de diciembre de 2025.


Tiempo Litúrgico: Adviento. Semana IV - Feria mayor.
   Color del día: Morado.  


Antífona de entrada
Cfr. Is 9, 6; Sal 71, 17

Un niño nos nacerá y será llamado Dios todopoderoso, en él serán bendecidos todos los pueblos de la tierra.

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, al ver que se acerca el nacimiento de tu Hijo según la carne, te pedimos que nosotros, indignos siervos tuyos, recibamos la misericordia del Verbo, Jesucristo, Señor nuestro, que se ha dignado encarnarse en la Virgen María y habitar entre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Os envío al profeta Elías,
antes de que venga el Día del Señor

Lectura de la profecía de
Malaquías 3, 1-4. 23-24

Esto dice el Señor Dios: «Voy a enviar a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí.

De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo.

¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como el fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas.

Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño.

Mirad, os envío al profeta Elías, antes de que venga el Día del Señor, día grande y terrible. Él convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir a castigar y destruir la tierra».

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Este texto avisa al pueblo sobre la inminencia de la llegada del Salvador, el cual sería precedido por un mensajero quien prepararía el corazón de sus hijos. Sabemos que este texto se refiere de manera eminente a Juan el Bautista.

Sin embargo, la Liturgia nos lo propone al acercarse la celebración de la Navidad con el fin de que caigamos en cuenta de la importancia de nuestra participación en la construcción del Reino y en el anuncio de la Salvación. Cada uno de nosotros debe convertirse en ese emisario de Dios que prepara los corazones para que el mensaje del Evangelio llegue al corazón.

Hagamos de nuestra tradicional visita a nuestros seres queridos, a nuestros amigos y vecinos, propia del tiempo de Navidad, el espacio afectivo que dispone el corazón para que esta Fiesta del Nacimiento de nuestro Salvador no sea sólo exterioridad sino una cálida acogida del Evangelio. Sé, como Juan el Bautista y como Elías, el instrumento para preparar el corazón de todos tus seres queridos al amor de Dios.

Salmo responsorial
Sal 24, 4-5a. 8-9. 10 y 14

R. Levantaos, alzad la cabeza:
se acerca vuestra liberación
  • Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.
  • El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R.
  • Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía a los que lo temen, y les da a conocer su alianza. R.

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia, ven y salva al hombre que formaste del barro de la tierra. R.

EVANGELIO
Nacimiento de Juan Bautista

Lectura del santo evangelio
según san Lucas 1, 57-66

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.

A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan».

Y le dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así».

Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.

Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.

Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo: «Pues ¿qué será este niño?».

Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

Justo la semana pasada, si escuchaste mi reflexión del Evangelio, te habrás dado cuenta que te hablaba del episodio en que el ángel del Señor le anunciaba a Zacarías la respuesta de Dios a sus oraciones y el propósito de Juan el Bautista. 

El Evangelio de hoy nos presenta una actitud muy diferente de Zacarías e Isabel, que antes habían dudado. Vemos la alegría no solo de sus padres, sino de sus vecinos y parientes, después de haber visto las maravillas del Señor en sus vidas. Cuando Dios se manifiesta en nuestras vidas y nosotros damos un buen testimonio, su misericordia se derrama en toda la comunidad. 

Para sus parientes, era de esperarse que el niño se llamara como el padre, pero ellos no entendían, como Zacarías e Isabel, el propósito que Dios les había revelado. Zacarías escribió: ‘Juan es su nombre’ y al momento, recuperó el habla y empezó a bendecir a Dios. 

El nacimiento de Juan el Bautista y la instrucción de parte de Dios sobre cómo se debía de llamar, significa el inicio del tiempo de la misericordia y preparación a la venida del Salvador. Juan tiene como misión ser el precursor de Jesús, el que viene a prepararle el camino.

El nombre ‘Juan’ significa Dios es misericordioso y no hay mejor manera de manifestar el amor de Dios que siendo misericordiosos con el prójimo, no solo en este tiempo, sino todo el año. 

Como Juan, cada uno de nosotros tenemos ese mismo propósito. Cada día es una ocasión para acercarse al necesitado, empezando por quien vive contigo, en tu propio hogar: el hijo que necesita ser escuchado, el cónyuge que necesita de tu atención, los padres que necesitan cuidados o el indigente que está desprotegido, aquel que se encuentra extraviado porque nadie le ha hablado de Jesús. 

Este tiempo debe ayudarnos a pensar en el verdadero motivo de la celebración: reflexionar en lo importante de hacer un espacio en nuestro corazón, recordando el nacimiento de nuestro Salvador y aprovechar el momento para recordárselo con amor y misericordia a quien no lo conoce, a aquellos que andan todavía a la carrera presionados o apresurados porque aún no tienen algo que regalar o porque están esperando aquello que van a recibir. 

Hagamos un alto en el camino, recordemos la razón de la celebración. Busca celebrar este tiempo con un espíritu renovado, con amor y misericordia, pensando y buscando a los que más te necesitan, acercándote a Dios en primer lugar, ofreciéndole tu corazón dispuesto a recibirlo y adorarlo, y que Él te conceda vivir plenamente la alegría de su misericordia. 

Antífona de comunión
Ap 3, 20

Miren que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

Alimentados, Señor, con el don del cielo te pedimos nos concedas bondadoso tu paz para que cuando venga tu Hijo muy amado, podamos recibirlo con las lámparas encendidas. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración

Señor, enséñame a ser tu mensajero, dame tu gracia para poder llegar a los corazones de mis familiares, amigos y conocidos y que, de un modo sencillo, pueda dejar en ellos el deseo de buscarte.

Dios mío salva a los míos, envía tu Santo Espíritu para que mueva sus corazones y que les haga conscientes de la profunda necesidad que su alma tiene de ti.

Acción

Hoy propiciaré, en cada plática con mis allegados, la importancia de la navidad de nuestro Salvador Jesucristo.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, Misal Católico, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo A, 2025-2026, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).