Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Miércoles, 24 de diciembre de 2025.


Misa Matutina

Tiempo Litúrgico: Adviento. Semana IV - Feria mayor.
   Color del día: Morado.  


Antífona de entrada
Cfr. Gál 4, 4

He aquí que llega ya la plenitud de los tiempos, cuando Dios envió a su Hijo a la tierra.

Oración colecta

Apresúrate, Señor Jesús, no tardes más, para que, a quienes confiamos en tu bondad, nos reanime el consuelo de tu venida. Tú que vives y reinas con el Padre.

PRIMERA LECTURA
El reino de David se mantendrá
siempre firme ante el Señor

Lectura del segundo libro de
Samuel 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16

Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda».

Natán dijo al rey: «Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».

Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán: «Ve y habla a mi siervo David: «Así dice el Señor: ¿Tú me vas a construir una casa para morada mía?

Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra.

Dispondré un lugar para mi pueblo Israel, y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.

En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.

Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre»».

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

En la víspera de Navidad, caminaban juntos María y José en su viaje hacia Belén, en donde José debía empadronarse. Hoy, la Noche Buena, es día de la familia.

La situación de María no era la mejor para hacer un viaje tan largo y pesado desde el norte de Palestina, pero ella había comprendido lo importante que es la familia y aquellas palabras de la escritura: "A donde tú vayas yo iré, donde tú estés yo estaré; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios".

El lugar en donde tuvieron que pasar la noche y donde Jesús viene al mundo, no fue para nada el que José hubiera querido ni para su esposa ni para Jesús, sin embargo, lo importante es que estaban juntos y se amaban.

Que nuestra celebración de esta noche, tenga estas mismas características, al margen de lo que cenaremos o de los regalos que compartiremos. Lo fundamental es que estaremos en familia, que nos diremos cuánto nos amamos y que juntos continuaremos construyendo la felicidad de nuestra familia. Nochebuena, noche para valorar y fortalecer el amor de nuestra familia.

Salmo responsorial
Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29

R. Cantaré eternamente
tus misericordias, Señor.
  • Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno», más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.
  • «Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades». R.
  • «Él me invocará: “Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora”; Le mantendré eternamente mi favor, y mí alianza con él será estable». R.

Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Sol que naces de lo alto, resplandor de la luz eterna, sol de justicia,  ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. R.

EVANGELIO
Nos visitará el Sol que nace de lo alto

Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 1, 67-79

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, se llenó del Espíritu Santo y profetizó diciendo: «“Bendito sea el Señor, Dios de Israel”, porque ha visitado y “redimido a su pueblo”, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza” y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán” para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”, anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

Nos visitará el Sol que nace de lo alto. Hoy es Nochebuena y mañana es Navidad. Hoy podría ser el día más loco del año por la cantidad de cosas que todavía tenemos por hacer: el pavo, los regalitos, las luces, el vestido y todas las demás cosas que pueden pasar en este día.

Pero en sí, es el día más loco del año: Dios va a tocar la tierra y nosotros vamos a tocar a Dios. Y hago pausa, porque realmente no hay mucho más que decir, no hay mucho más que decir, sino más bien, hay mucho que contemplar. 

Yo tuve la gracia de vivir en Tierra Santa tres años y uno de mis lugares preferidos para irme a rezar, además del Santo Sepulcro y Getsemaní, justamente era el campo de los pastores, porque ahí, hasta la fecha, hay cuevas en las cuales nos podemos adentrar. Y en esa cueva, te puedes imaginar esa cueva de Belén que está en el campo de los pastores, está en Bet Shur, a cinco minutos, siete minutos de Belén, donde nació nuestro Señor Jesucristo, en una cueva. 

Y en esa cueva, yo les invito a que cerremos nuestros ojos y nos metamos a esa cueva, a ese interior donde reina el silencio, donde solo encontramos a María y a José, el pesebre listo, unos animales. Y contemplemos el misterio, lo que va a pasar: Dios se hace hombre y nacerá en un bebé. Dios tocará la tierra. Dios va a tocar la tierra. Dios va a tocar mi corazón.

Ese es el gran misterio de la Navidad: que Dios se hace hombre. Y no les miento, no sabía qué decir este día, no sabía de qué reflexionar. Pero en realidad, quizá, lo más importante es simplemente contemplar lo que va a pasar hoy. 

Y pedirle al Dios que se hará hombre, que nacerá, que nazca en nuestros corazones, que nuestro corazón sea ese belén, esa cueva donde Él pueda nacer. Que no nos interrumpan los pendientes, los ruidos, los dimes y diretes, la cantidad de mensajes que hoy nos llegan, la cantidad de poemas, de memes. Dios tocará la tierra y tocará nuestro corazón. 

Que mi corazón sea el belén donde pueda nacer el Niño Jesús el día de hoy. Cierra tus ojos, contempla, escucha el silencio de ese Jesús que hoy entrará en la tierra. Escucha el silencio de esa cueva que se prepara para recibir al Sol que nace de lo alto, para iluminar nuestro mundo, para que no haya más tinieblas, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. 

Hoy hagamos silencio para no interrumpir el gran misterio donde Dios va a tocar la tierra, va a tocar mi corazón. Gracias, Jesús, sin ti no hay Navidad. Hoy contemplemos el misterio. Y hoy, en especial, en la Misa de Navidad, incluso te invito a que pongas tus manos sobre el pecho, sobre el corazón y acunes en tu interior al Dios que se hace hombre. 

Antífona de comunión
Lc 1, 68

Bendito sea el Señor Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

Renovados por este admirable don tuyo, concédenos Señor, que, así como hemos preparado la fiesta del admirable nacimiento de tu Hijo, de la misma manera alcancemos un día, gozosos, los premios eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración

Señor, yo sé bien que no soy digno de que vengas a mi casa, y de que no sería nunca capaz de ofrecerte algo honorable para que tú vivieras, pero por tu amor te ofrezco mi corazón y mi vida entera para que vivas en mí.

Con todo mi ser te pido, Señor, ven y nace cada día en mi interior, que sea yo un pequeño portal desde donde el Salvador se revele a los que más lo necesitan.

Acción

Hoy en la cena de Navidad hablaré con Jesús y de Jesús.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, Misal Católico, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo A, 2025-2026, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).